viernes, 29 de junio de 2018

ATHOS, DONDE EL CIELO Y EL SUELO SON LO MISMO



ATHOS, DONDE EL CIELO Y EL SUELO SON LO MISMO

(Para Jesús Majada y Antonio Merino, que compartieron
conmigo el camino y la Odisea de Athos)

Se cierran los paréntesis guardando
lo que en ellos pervive del pasado,
de los días más próximos, del pálpito
que se posa en los hábitos del tiempo.

Todo el Mediterráneo y sus olores
allí donde la vista mira a Asia
y el Bósforo se acuna en un abrazo
de tierra y mar, de sal y de mezquitas.

Después, volar la Grecia de los dioses
y entrar con los espíritus en Athos,
y vislumbrar la génesis del tiempo
dormido entre sus viejos monasterios.

¿Qué espíritu se encierra en estos montes?
¿Cuál es la fuerza que atesora el cielo
para atrapar las vidas de los monjes
rezando sonsonetes milenarios?

¿Acaso es este el sitio del Olimpo
donde jugaba Zeus el juego de los dioses?
¿Tal vez anduvo Ulises su Camino
rondando las sirenas de estos mares?
¿Se oye en la vertical de las laderas
el eco de filósofos y sabios?

Mi corazón no entiende las razones
que pueblan la ilusión y dan motivos
para esa interminable melopea
de cielo y suelo en comunión perfecta.

Aquella Macedonia de Filipo,
o Estagira, con ecos de Aristóteles
jugando a hacer el mundo más sencillo,
marcaron mi camino de ida y vuelta.

Y los cielos cerraron el paréntesis
tras pasos de amistad y de cansancio,
para enseñarme que la vida sigue
sumando sueños y restando tiempos.

No hay comentarios: