viernes, 8 de junio de 2018

DESAYUNO CON DIAMANTES



DESAYUNO CON DIAMANTES
(Para Nena, Mayca, Manolo y Pedro, que me dejaron
comer casi todos los churros)

Once de la mañana. En los cristales,
un día encapotado y ceniciento.
He cumplido contento mi cuota de amistad
desayunando churros y charlando
con amigos que invitan
a resolver la vida en la palabra.
(Mi terraza es perfecta para el caso).
Tengo que hacer las cosas de la casa,
mi aseo personal, leer la prensa
para entender de nuevo que la vida
sigue a su propia bola y no me escucha.
Debajo vive gente que no sabe
si ando por los pasillos en pijama
o doy vueltas a un grave silogismo.

Tengo un encargo que es inevitable
y tengo que cumplirlo esta mañana:
acercarme a correos y, en valija,
facturar con urgencia el desencanto.

Después he de volver a estas palabras,
hoy directas, humildes, como humilde
es el paso sin causa de las horas.
Ellas serán refugio generoso
que evita los peligros al que huye
y acaba por marcharse para siempre.

3 comentarios:

mojadopapel dijo...

Ha sido un lujo desayunar en tu terraza. No me extraña que te inspire tanto.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

De la parte del desayuno doy fe. De lo otro, ya cabe la licencia poética.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Oye, que es verdad, que no me había dado cuenta yo de que solo había comido dos churros...