Durante
la última semana se han producido, a velocidad de vértigo, acontecimientos que
han dado la vuelta a la situación política de España. Se me ocurren unas
cuantas notas que resumen, en forma de índice, algo de lo que pienso al
respecto. Para el formato es lo que conviene, aunque algunas notas parezcan
contradictorias:
1.-
Ante la situación creada, era absolutamente obligatorio, por higiene moral,
presentar una moción de censura. Creo que el PSOE hizo lo que había que hacer.
2.-
Desde el Gobierno hubo precipitación en la forma de tramitar y de dar curso a
esa moción de censura. Fallo de táctica política, aunque es solo cosa formal e
importa menos.
3.-
En el momento de la presentación, yo no pensaba que pudiera tener éxito de
ninguna manera.
4.-
El pretexto para la moción ha sido la sentencia de la Gürtel, pero, en realidad,
lo que importa es toda una larga trayectoria de errores, de equivocaciones, de
provocaciones, de mala gestión y de manifiesto retroceso en libertades. Por una
vez acaso hayan comprendido desde el Gobierno del PP que no todo es solo
cuentas, o, parafraseándoles, les ha salido rana aquello que proclamaban de que
“todo lo que no son cuentas son cuentos”.
5.-
No se debería confundir una moción de censura con una sesión de investidura. Lo
que se ha votado es lo primero, no lo segundo. En consecuencia, lo que se ha
afirmado no es que se apoye al nuevo presidente del Gobierno, señor Sánchez,
sino que se mandaba al paro al señor Rajoy.
6.-
La ilusión que se ha despertado en una parte de la población contrastará con la
decepción en otra parte. Yo me apunto a la primera parte, pero lo hago con
cautela y con recelos.
7.-
Nadie puede dudar de la legalidad y de la legitimidad del proceso, pero el
proceso solo adquiere cuerpo cuando se desarrolla y se comprueba su bondad o su
inutilidad.
8.-
Yo creo que hubiera sido más honesto haber decidido una inmediata convocatoria
de elecciones y haber sometido el acto de catarsis a la voluntad y a la
decisión de la comunidad de votantes.
9.-
El sentido del voto en la moción (reactivo y de rechazo, más que de apoyo)
invita a mirar más al futuro inmediato y a la fortaleza o debilidad que se
adivina en el nuevo Gobierno. Me parece evidente que se trata de un Gobierno
débil que necesitará el diálogo y pensar en apuntalar tan solo unos cuantos
principios y leyes concretas para ir enseguida a las urnas en busca de mayores
apoyos y de mayorías más fuertes.
10.-
Las miradas se dirigen, en consecuencia, a los posibles aliados. Y, si por algo
se caracterizan estos, es por su variedad (ah de aquella panacea y de aquel
mantra de que el bipartidismo es poco menos que el diablo con rabo) y por las diferentes
ideas en que se basan, muchas de ellas de difícil o imposible adopción por el
PSOE, salvo que incurra en el peligro de su desaparición. La Historia ha
demostrado muchas veces que aquel que da la cara y encauza la situación, si no
tiene cuidado, corre el peligro de perecer por el camino. Y enemigos al PSOE no
le faltan.
11.-
Mis previsiones, en este sentido, son una mezcla de esperanza y de malos
presagios; no tanto en los aspectos sociales sino de estructuras y de demandas
territoriales. Ya adelanto que, si de esas llamadas conversaciones
territoriales se deduce alguna ventaja y desigualdad entre territorios, conmigo
que no cuenten. Y supongo que tampoco con muchos otros. Tal vez lo que más me
duele es que algunos han conseguido que ya se vea como algo reaccionario el
deseo de no ceder ante la igualdad de las personas.
12.- La socialdemocracia creo que se ha mostrado a
lo largo de la Historia como la fórmula menos mala para integrar a una gran
masa de ciudadanos que intenta conjugar las protecciones sociales con los
impulsos individuales. Como la mezcla no es fácil y los límites son imprecisos,
sus vaivenes son continuos y sus altibajos políticos también. El PSOE tiene al
menos la oportunidad de explicar desde el poder con claridad cuáles son sus
bases ideológicas y las consecuencias políticas que de ellas se derivan, es
decir, cuál es su programa político y social a corto y a largo plazo. Desde el
poder todo se visualiza mejor. Ahora tiene su mejor ocasión para hacerlo ver. Lo
demás tiene que ser todo elecciones generales. Y pronto.
13.-
Como anoté para otra ocasión, estoy ilusionado, pero no me hago ilusiones. En
poco tiempo hemos pasado de un intento de pacto con Ciudadanos, ahora tan
denostados, a un rechazo total al PP (no es no, aunque desaparezcamos), pasando
por una nación de naciones o la defensa sin fisuras de un artículo 155. ¿Qué
será lo siguiente?
14.-
La emoción no debería ocupar el terreno reservado a la reflexión. La caída podría
ser más dolorosa. Que no falte ninguna de las dos, pero en sus dosis
correspondientes. Vamos a ver.
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