¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
Repiquetean,
ahora que nos duele, las campanas que anuncian, en boca de ateos y descreídos,
aquello que se venía negando con la fuerza de lo que se considera tabú y no se
permite ni que se ponga encima de la mesa para su consideración.
Hoy
mismo, en el diario digital Público,
escribía Odón Elorza estas palabras: El problema no reside en la estructura autonómica y en la transferencia de
competencias sino en la mediocridad de algun@s gobernantes de CCAA que actúan
con ineficacia. La gobernanza exige de las partes cooperación y sentido de
Estado. El deber de actuar juntos contra la pandemia nos da oportunidad para
cohesionar la estructura autonómica en su relación con el Gobierno central.
Pero nos falta la cultura federal: lealtad, cooperación, coordinación y
gobernanza compartida. La Conferencia de Presidentes podría ayudar a resolver
disfunciones.
Nunca es tarde si la dicha es buena, colega.
Ahora resulta que la dificultad (tú lo llamas problema: tú sabrás dónde te han
enseñado) estriba en la mediocridad de
algun@?s gobernantes de CCAA que actúan con ineficacia. Acabáramos, hombre;
hemos descubierto al agente y al paciente cero y la solución está a la vuelta
de la esquina.
¿Quién duda de que existen dirigentes autonómicos
de toda condición? Eso es descubrir el Mediterráneo, oiga usted. Por si acaso,
ponemos solo algun@s para liberar de
la carga a los que nos interese.
No es eso lo que afirman muchas asociaciones de
personal sanitario, ni de otros colectivos a los que le va en cuenta no la
autonomía sino la colectividad entera. Pregúnteles a ellos cómo, por ejemplo,
se intercambian los historiales sanitarios. Y luego hablamos.
Yo no tengo nada claro cuál es la forma de organización
territorial más adecuada. Me guía únicamente el interés de la mayor eficacia y
participación de la comunidad de ciudadanos. Pero es que llevamos un montón de
años en los que el asunto territorial se ha hecho tema tabú y nadie se podía
permitir el lujo de plantearlo con serenidad para darle una vuelta. Con esa
situación mental, en muy buena medida promocionada por parte de la izquierda,
se ha regalado una bandera viciada y parcial a la derecha, se han llenado sus
urnas de votos y se nos ha privado a todos de dedicar esfuerzos a otras
necesidades de la totalidad de ciudadanos. Y otro tanto se ha regalado a los
mundos del nacionalismo, crecidos y sin apenas rivales ideológicos potentes.
Odón Elorza propone la estructura federal. El
PSOE también, desde hace mucho tiempo. Yo no termino de ver la diferencia con
lo actual. Y añade: Nos falta, lealtad,
cooperación, coordinación y gobernanza compartida.
¿Por qué no empezamos con lo de la LEALTAD y
sacamos los colores a todos aquellos que hacen de su actividad política un día
sí y el siguiente también un acto continuo de DESLEALTAD y de egoísmo regional
de ricos contra más pobres? ¿Somos socialistas o qué? Sin alharacas
patrioteras, pero con la cabeza alta y a gorrazo mental limpio (siempre mental)
contra los cavernícolas, supremacistas, errehaches diferentes, aldeanistas y
toda la ralea que mira por encima del hombro a los más pobres.
Lo repetiré por vez enésima: sin solucionar los
asuntos territoriales (de la manera que sea, pero dejando que se presente sobre
la mesa cualquier proposición razonada y serena) no habrá forma de mirar al
futuro con algo de tranquilidad y de entusiasmo. Y no sería mal argumento aquel
que incidiera en la lealtad como elemento fundamental de convivencia.
Reitero que solo me interesa el bienestar
económico y social de la población. Las organizaciones territoriales han de
estar a su servicio, no al capricho de unos pocos aprovechados y de otros
muchos miedosos y acomplejados. A mí me interesan los españoles más que España,
y lo mismo me sucede con los catalanes y Cataluña, o con los vascos y el País
Vasco, o con los castellanos y Castilla, o con el Sursum Corda.
Ojalá las campanas no tengan que tocar a rebato
sino a días de fiesta, de LEALTAD y de colaboración.
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