jueves, 27 de agosto de 2020

TÓPICOS

 

 TÓPICOS

Un tópico es un lugar común, una frase hecha que damos por buena sin análisis y que utilizamos con frecuencia lo mismo para un roto que para un descosido. Su principal valor es el de su adaptación a casi cualquier contexto; sin embargo, lo carcome la deficiencia de la imprecisión.

Esta mañana me topé con uno. Volvía de la compra y en la radio, una locutora joven felicitaba a un notario (decía que era el más joven de España) por haber alcanzado este puesto en la administración. Y utilizaba estas palabras: “Esta es la prueba de que el que quiere puede”. O sea, “querer es poder”. Lo que se dice un tópico en toda regla.

Por supuesto, todo mi ánimo al joven notario (repasen la etimología y la historia de esta palabra y luego me cuentan: tomar nota, saber escribir, dar fe de lo escrito…) Y todo mi empuje para el que le pone a la vida y a sus anhelos el mejor esfuerzo y la mejor voluntad. Creo que incluso (con perdón) hasta sé algo de eso.

Pero creo que de este y de otros tópicos hemos hecho una generalización que nos deja a la intemperie a poco que seamos algo exigentes con la realidad. ¿De verdad que el que quiere puede? Venga ya.

Pongamos el mismo caso del joven notario. Desconozco qué número de plazas se ofrecía en la convocatoria, pero estoy seguro de que la mayor parte de los aspirantes se quedaron en el camino y no alcanzaron el aprobado. ¿Es que no lo querían? Por supuesto que con la misma intensidad que nuestro joven “triunfador” o quién sabe si incluso más. Vamos a pensar (parece razonable que lo hagamos) que ese querer exige poner los medios adecuados para conseguir el fin propuesto. ¿Alguien puede asegurar que el joven notario puso más medios que los que suspendieron la oposición? ¿Seguro? Yo no pondría la mano en el fuego. Son tantas las circunstancias que concurren para que el final sea uno y otro… Si las enumeráramos y las analizáramos, tal vez nuestras sensaciones serían diferentes.

Y así en todos los actos de la vida. ¿Alguien, por ejemplo, no quiere vivir 100 años? Todo el mundo quiere. Si querer es poder, ¿por qué no se consigue?

Tópicos, tópicos, tópicos. La vida montada en generalizaciones. Sería bueno que los usáramos con un poco de cuidado porque, si no, pueden servir tanto para dar ánimos y felicitaciones como para atontar nuestra conciencia y dejarnos en la sumisión y el fracaso complacidos. O sea, esclavos y encima agradecidos. Recuérdese que los tópicos tienen aliados poderosos de tipo religioso, social, económino…

Así que enhorabuena al joven notario y a todo el que se esfuerza en la vida buscando un ideal y una meta cualquiera. El ánimo con el que se encaran las tareas resulta fundamental. Pero cuidado con las aplicaciones de los tópicos, no siendo que nos conviertan no en seres animosos sino en seres fracasados.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Tienes un poco de razón, pero no toda Antonio, porque no es lo mismo querer, que no desfallecer y cejar en el empeño cuando se quiere conseguir algo.