ACASO, POR NO SER, NO
SOMOS NADA
Buscaba
definir qué cosa somos
y
me perdí en la fronda y la porfía.
Somos
solo palabras y emociones,
somos
-dicen también- lo que comemos,
somos
lo que nos dictan los sentidos,
somos
letras de extraño abecedario
con
que el curso del mundo se conjuga,
somos
espacio y tiempo simplemente,
la
descomposición de una tormenta,
el
eco singular de una sorpresa,
un
impulso vital hacia la muerte…
¡Mira
que somos cosas!, me sorprendo.
Y
así hasta el infinito, tras la huella
de
metáforas bellas que disfrazan
esa
duda incesante que nos quema.
En
fin, somos la pera, la memoria
de
un extraño camino hacia el consuelo
de
la conciencia gris del universo,
que,
a pesar de su falta de sentido,
nos
tiene sometidos y agarrados
por
nuestras nobles partes y nos guía
según
manden las leyes de ese idioma
que
llamamos azar, hado, destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario