RECUENTO DE PALOMAS
Le
robo el nombre de esta entrada a la poeta Mercedes Marcos, que lo utiliza como
título del recuento de su poesía. El azar me lo ha traído de repente, sin que
yo conozca ninguna causa. Pues sea en su honor.
Treinta
de junio. Medio año cumplido. Fin de curso para tantos. Vacaciones para muchos.
Descenso de la luz. Cambio de horarios… Tiempo de hacer recuento.
Las
palomas van y vienen, traen y llevan mensajes de todo tipo, son en sí mismas
recuento de belleza, de libertad, de ligereza, de aspiración, de momentos
salvados del naufragio, lanzaderas de mensajes que quedan en el aire… Recuento
de palomas.
Hago
recuento de mí mismo en estas páginas para que el índice me sirva de pretexto y
de punto de partida para otras reflexiones. Siempre desde la anécdota a la
idea, desde el dedo a la luna y desde el árbol al bosque. Lo contrario no tiene
sentido y es llama que se apaga al momento.
Repaso
mi lista de libros leídos y me aparece una cifra redonda de toda redondez:
cincuenta (50) títulos en este medio año. Cincuenta palomas mensajeras que me
han venido de fuera y que se han posado en mis ojos y en mi mente. No sé con cuánto
cuidado y con cuánto aprovechamiento. Hace años que apunto los títulos en una
lista aparte. Lo hago por diversas razones que aquí no explico. ¿Son muchos?
Seguramente sí, si se compara con la lista que la mayoría de los lectores
podría presentar. Pero esto no concede tampoco ninguna certeza de casi nada. No
solo importa la cantidad, sino también la calidad, la extensión, el género, el
tipo de contenidos, la diversidad, la utilidad… y mil variables más. No parece
malo el hecho de la lectura, pero la primera cualidad que debe tener es
precisamente la posibilidad de no ejercerla. Así que cada cual sabrá lo que
tiene que hacer.
Cumplo
con estas líneas cien (100) páginas de reflexión dadas a esta ventana en este medio año. Otro
número que, por puro azar, me sale también redondo, redondísimo. Serían como
las otras palomas mensajeras que envío por los aires para que lleven esos
indicios de razón que quiere significar cada una de las páginas. Como me ocurre
con la lectura, repaso y observo que las variables son muchas, como son muchos
los días y los afanes que cada uno de ellos me provoca. Bastante, casi mucha,
poesía, ideas indiciadas, sensaciones, reflexiones al filo de la vida… Notas a
pie de vida. Al paso de los días.
Todo
eso que va tejiendo el devenir del tiempo y de mí mismo, de mí mismo y del
tiempo, que son la misma cosa.
Nada
promete que la otra mitad del año sea lo mismo en cantidad ni en calidad que lo
que ha sido esta primera que ya se marcha, pero que se queda entre los libros y
en estas páginas. Ninguna obligación me empuja a cumplir ningún otro precepto
que el de seguir viviendo con un poco de honradez y de conciencia. Lo demás ya
será como tenga que ser, pues lo que ahora es futuro será pronto presente y
enseguida pasado. Ya lo iremos contando.
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