miércoles, 10 de agosto de 2011

BRAVO POR JAVI POVES


Mis horarios laxos y mi falta de energía me permiten otras conexiones que no siempre me las podía conceder en otros momentos.
Hace muy pocos días me topé con una noticia que me levantó un poquito la moral. Primero lo leí en un periódico digital, más tarde escuché una entrevista en la radio y, por fin, volví a leer datos del mismo hecho. Es el siguiente: un jugador de primera división, llamado Javi Poves, abandona la práctica del fútbol porque no está de acuerdo con el sistema social y económico en el que vive y prefiere intentar nuevas experiencias.
Esto sí que me parece una notica bomba y digna de ser atendida y analizada. Por nueva, por extraña, por las implicaciones que acumula, por lo que sugiere, por lo que puede servir de ejemplo… Qué maravilla. Un muchacho de veinticuatro años, al que la sociedad le regalaba un camino de plata y halagos sin fin, decide plantarse y decir hasta aquí hemos llegado porque yo no tengo derecho a aprovecharme de un sistema que lo que hace es analfabetizar y atontar a sus ciudadanos y ponerlos al servicio de unos pocos. Genial.
Ponerse a considerar esto desde la juventud, dorada y llena de guiños positivos, tiene un mérito añadido; plantarse y tomar una decisión que aparentemente va en contra del que la toma alcanza ya una calificación de sobresaliente. Para algunos, tener noticia de este hecho supone también un impulso y un como eco que, aunque sea en solitario, se deja oír  en medio de tanto barullo y algarabía.
No sé qué es lo que este muchacho va a hacer, tampoco sé si yo lo haría, pero tengo que aplaudir, hasta con las orejas y con los pies, que alguna persona se manifieste en público acerca de la bondad o, en este caso, de la maldad del sistema en el que vive, del conjunto de normas y de costumbres que regulan su vida y que, en buena mayoría se le dan puestas desde que amanece hasta que vuelve a cerrar el ojo. Me parece que este muchacho no es más que otro que grita que este mundo sometido solo al dinero y a sus caprichos no hace otra cosa que empobrecer al ser humano, que la persona es algo más que números y cuentas de dividendos, que resulta irrespirable, salvo para embrutecidos con pan y circo (entiéndase televisiones, competiciones deportivas y acciones repetidas en rebaño), la sociedad en la que nos hemos instalado y cuyos valores aplaudimos y vitoreamos como si estuviéramos en el séptimo cielo (cines y actores, música y cantantes, deportistas, caras púbicas escasamente alfabetizadas…).
A este joven deportista le preguntaba extrañado un locutor de radio algo así como que “al menos entendería la actitud de los demás deportistas y que respetaría que no tomaran sus mismas decisiones”. Si pillo en aquel momento al locutor, lo cuelgo de los huevos. Cacho cabrón. Al pobrecito lo más que le sugería la figura de Javi Poves es la apariencia de un sonado, de un loco y de un bicho raro.
Y el caso es que lo es, coño, pero en positivo. Porque forma parte del grupo -acaso grupito- que tiene narices para pararse a pensar y hasta a decidir que otras posibilidades existen y que tal vez no sean tan asquerosamente injustas como la que nos invade, y que esta sociedad cuenta -esto es tal vez lo más calamitoso- con una legión de esclavos agradecidos que lo vitorean y lo sirven con todas sus fuerzas, mientras este les come las escasas viandas que logran apañar por ahí. Confieso que, a veces, me dan ganas de publicar una lista de gente que apenas sabe leer, que apenas consigue vivir por sus escasísimos ingresos, que no ha dejado nunca ni un simple silogismo en BARBARA, y que se desmadeja ante los “héroes” del deporte. No la voy a hacer, pero no porque no me lo pida el cuerpo. Ah, y hay listas para todas las profesiones del famoseo y del analfabetismo.
En fin, Javi Boves, no sé quién eres pero admiro tu decisión, y sobre todo el proceso de reflexión que te ha llevado hasta aquí. Estoy seguro de que tu supervivencia digna está más que asegurada. Porque, para más inri, muchos de todos estos ni huelen las posibilidades enormes y sencillas que ofrece el mundo y solo se encuentran a gusto en la inercia y en la dirección obligada. Bravo.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Esta es la juventud que nos hace falta.... la independiente y decidida que busca un nuevo valor para el mundo y quiere hacer conciencia social. ¡Bravo por el!