jueves, 18 de octubre de 2012

PROTESTAR DESDE LA COHERENCIA

Flavio Claudio Juliano, llamado Juliano el Apóstata, es un emperador romano del S. IV, especial por varios motivos. El más importante es el que lo reconoce como el último emperador que se enfrentó con la emergente iglesia cristiana, hasta el punto de que apostató  y escribió refutando a los cristianos, sobre todo en la breve obra “Contra los galileos”. Entre sus cartas se encuentra esta, dirigida a los profesores, de la que dejo este extracto:
Sobre los profesores:
“Una correcta educación creemos que no es una fastuosa armonía en las palabras y en la lengua, sino la sana disposición de una inteligencia razonable y las opiniones verdaderas sobre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo; así, quien piensa una cosa, pero enseña otra a sus alumnos, ese creo que está tan lejos de la educación cuanto de ser un hombre honrado. Que en cuestiones de detalle pueda haber una diferencia entre la inteligencia y la lengua es un mal, pero en cierta manera soportable; pero que en las cuestiones más importantes se pueda pensar una cosa y enseñar lo contrario de lo que se piensa, ¿cómo no va a ser eso propio de tenderos y no de gente honrada, sino vida de hombres depravados que elogian especialmente cuanto creen que es especialmente malo, engañando y seduciendo con sus elogios, como con un cebo, a aquellos a los que quieren traspasar sus malas mercancías, según creo?
Así pues, sería necesario que todos los que hacen profesión de enseñar cualquier cosa fuesen de carácter equitativo y no llevasen en su alma doctrinas que son contrarias a las que públicamente ejercen, y opino que deberían ser así, mucho más que todos, cuantos conviven con los jóvenes en literatura, haciéndose intérpretes de los escritos de los antiguos, sean rétores o gramáticos o, más aún, sofistas; pues quieren ser maestros, además de otras cosas, no solo de elocuencia, sino también de costumbres, y afirman que lo suyo es la filosofía política…”
Hoy hay muchas personas de la educación marchando bajo la lluvia. Espero que protesten también desde este fondo que dibuja Juliano. Solo de ese fondo puede emerger la lava volcánica que queme al ser humano y lo convierta en algo distinto a lo que se propone zafiamente desde el poder como es enseñar solo para poder competir y triunfar en la vida. ¿Contra quién quieren que triunfe una persona? ¿A cuántos quieren que deje en el camino de la derrota y en el foso de los vencidos? ¿Dónde se pueden descubrir los anhelos de libertad, de conciencia social y de solidaridad como base de un ser positivo y dueño de sus destinos? ¿Qué tipo de sociedad y de individuo son los que quieren y queremos? Por eso hoy merecerá la pena abrir los paraguas de la lluvia y de la esperanza.
Otra variable importante de la educación. Y de todo en la vida. Si uno no cree en sí mismo y en lo que hace, con dudas constantes pero razonables, es imposible la transmisión de ninguna verdad ni de ninguna intensidad ni amor a la curiosidad. Esto como verdad intemporal y al margen de wertianas y de otra coplillas al uso en estos días.

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