EN
LA FUENTE DEL LOBO ¡Y EN DICIEMBRE!
En las frías mañanas de diciembre,
apenas se oye un son que sabe a queja
y en mis brumosos sentimientos deja
un eco y un pesar que me entristecen.
Por las fauces del lobo apenas viene
un suspiro de agua que semeja
una triste canción y en ella sueña
con otros sueños que en su seno teje.
No me dejes sin agua y sin la dicha
de beber de tu boca. Necesito
saber de las entrañas de la tierra
y tú me traes noticias de esa vida
hasta el placer de este rincón bendito
en el que sacio de otra sed mi espera.
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