Ordené
notas, hace solo unos días, acerca de lo que me parecía la moción de censura
que ha cambiado el Gobierno de España. Anoto hoy alguna más sobre este Gobierno
y lo que apuntan las primeras encuestas:
1.-
Coincido con muchos en la grata sensación que produce un Gobierno con mayoría
de mujeres, sobre todo cuando se comprueba su capacidad y preparación.
2.-
La mejor noticia al respecto sería precisamente que no tuviera por qué ser
noticia, sino que se aceptara como algo normal si convenía al caso y al momento.
Y otro tanto si la mayoría fuera de hombres. En tal sentido, vuelvo a anotar
dos cosas. La primera es la constatación de la vergüenza que supone revisar la
consideración que de la mujer se ha tenido en la Historia. La segunda es la
repesca de aquella regla de la paridad, que, sin el contexto de esa vergüenza
histórica, se queda en una parida.
3.-
Por más que sea una obviedad, habrá que esperar para ver el funcionamiento del
Gobierno y mostrar con base argumentativa el juicio que nos merece. Mi opción
ideológica me pone cerca de él, pero no debe cegarme la pasión ni el fogonazo
de las primeras luces.
4.-
Las primeras ENCUESTAS realizadas en diversos medios, de una tendencia y de
otra, indican que el PSOE ha subido hasta el primer lugar en las preferencias
electorales. A mí se me ponen los ojos como platos y la indignación se apodera
de mis sentimientos. Parecerá contradicción, pero yo no la veo. Por supuesto
que me contenta que haya más personas que manifiesten intenciones parecidas en
lo político a lo que yo pienso; pero me paro un momento, me cojo con las manos
la cabeza y me la estrujo. Entonces me sale un pensamiento débil, pero que se
me repite una y otra vez: Pero ¿qué ha cambiado, si no hace ni tres días que ha
tomado posesión el Gobierno y no se han adoptado medidas de ningún tipo? ¿Acaso
la ideología es distinta dos o tres días más tarde? ¿O es que no hay tal
ideología? Y, si no hay ideología, ¿qué es lo que realmente hay en esas
cabecitas de encuestados? A uno le dan ganas de decir, desde un punto de vista ético
algo así como “quedaos con vuestros votos y no los juntéis con los míos, pues
valdrán igual, pero no son, por supuesto, lo mismo ni los mismos”. Qué nivel.
5.-
La ética apunta a los principios y, sin ética, no hay ni moral ni política
decente. ¿Por qué no se discuten los principios y por qué nos quedamos solo en
la pasarela de las fotos? Acaso el estado de derribo era tan grave, que
cualquier atisbo de cambio significaba un alivio. Puede ser. No sé si esta
explicación no es demasiado benévola. Desgraciadamente, a mí no me convence.
Soy más pesimista.
6.-
Si mi pesimismo se basara en realidades -ojalá esté equivocado-, resulta lógico
temer que, en cuanto las luces cambien y el decorado se haga un poco más gris y
tenue, los resultados cambiarán también. En ese caso, la tentación de todos los
grupos políticos a gastar todos sus esfuerzos en los fuegos de artificio de las
fotos y de las impresiones estará servida. Y la democracia se hará más débil y
difusa. Y, en ese río revuelto, los pescadores con caña más poderosa se quedarán
con los peces más lustrosos y gordos, en detrimento de los más débiles. Y el
desánimo volverá a cundir. Y el desencanto también.
7.-
Esto del mundo de la imagen está bien, pero no sé si tenemos armas suficientes
para controlarlo y para que no nos trate como a muñecos de circo, en un vaivén
continuo y sin descanso. Algo debería tener que decir la reflexión. Y la
educación. Y las ideas. Y una escala de valores algo sólida.
1 comentario:
Tienes mucha razón Antonio, habrá que esperar cómo se mueve este gobierno pero a todos nos ha sorprendido el bajo coste de este cambio de gobierno y nos ha esperanzado el aire nuevo que se respira de momento. Para lo otro habrá que esperar
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