PLATÓN SIGUE PENSANDO EN LA CAVERNA
Platón sigue pensando en la
caverna,
perplejo ante el cortejo de las
sombras
que proyecta la luz de la
ventana.
Hay un impulso que a salir le
invita
a gozar del fulgor de otra
certeza.
Pero piensa y se asusta: no
consigue
saber si aquel destello es cosa
cierta
o si es solo ilusión. Le causa
miedo
pensar si todo falso y que no hay
nada
mejor que lo que guarda en su
cabeza;
sus ojos son miopes, solo captan
absurdas realidades, cosas
pobres,
sensaciones difusas, sombras,
nieblas.
Por eso pide ayuda al pensamiento,
convoca al sanedrín de las ideas,
las llama a construir un mundo
nuevo,
les da naturaleza de ser vivo
y emprende con su apoyo un largo
viaje
que llega hasta el futuro y en él
reina
tratando de dar luz y entendimiento
a tanta realidad fingida y pobre.
Por las calles de Atenas y del
mundo
proyecta nueva luz más verdadera
y anda con miedo de tocar las
cosas
que hieren los sentidos y que niegan
alzarse a la verdad de las ideas.
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