“UN TIEMPO PARA LA IGUALDAD” Jesús Caldera; Edit. Turpial
Apunto como primera lectura de
este año recién nacido este libro escrito por el que fue (¿por qué ya todo el mundo
escribiría aquí “fuera”, en subjuntivo, como si no hubiera sido una realidad
demostrable?) ministro socialista en los primeros años de este siglo, Jesús
Caldera. Son casi 250 páginas densas y sin desperdicio.
Jesús Caldera es bejarano y
ejerce ahora, lejos de los puestos políticos, como funcionario de la
administración local en Ávila. No he charlado muchas veces con él a solas, pero
siempre me ha parecido un hombre con una muy grande capacidad y, de hecho, me
atrevo a asegurar que, con la perspectiva que da el tiempo, pasará por ser referencia
como uno de los ministros que mejores y más beneficiosos proyectos impulsó. Acoto que aquí se valora su ejercicio político.
El texto podría ser interpretado como una
justificación de su paso por el gobierno. Creo que sería una interpretación
equivocada. Es verdad que es juez y parte, y esto siempre acarrea el peligro de
la autocomplacencia, pero hay que leerlo para entender enseguida que en sus
páginas hay mucho más que justificación o autorreconocimiento.. Por encima y
por debajo se intuye y se dibuja todo un proyecto ideológico y político, que es
siempre el que debe impulsar la acción global de todo representante público. En
este caso el de mejorar la vida de las personas como principal objetivo.
Algunas de las leyes, ya de
manera individual, merecerían el reconocimiento positivo de toda una
legislatura y de un gobierno; no obstante, lo que más llama la atención es la
visión de conjunto, el esquema que dibujan y la idea de sociedad que se tiene y
que se busca impulsar: Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género: Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y
Hombres; Ley para la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación
de Dependencia; Reconocimiento y protección de los “Niños de la Guerra”;
Estatuto de ciudadanía española en el exterior; Regulación de la inmigración;
Programa ADO; Ley de Signos; Potenciación del IMSERSO; Escuelas-taller en
África; Modificaciones en la legislación laboral…
La mejor prueba de que se trata
no solo de una justificación es el añadido final en forma de propuestas para el
futuro. En ellas se apunta hacia la crisis financiero-económica, hacia el
cambio climático, hacia la diversidad como forma de vida y de integración, y
hacia la necesidad de una nueva economía. El colofón del ensayo es la
reivindicación de que el mejor capital de cualquier sociedad es su capital
humano, sus personas.
Con todo ello, ordenado y
fundamentado, el autor nos da cuenta de la gestión de su equipo y nos anima a
pensar en los fundamentos de una sociedad mejor y de un país con mayores grados
de igualdad entre sus componentes. Será esta la mejor fórmula para sentirse a
gusto en ella y para arrimar el hombro con ganas y sin resquemor,
Me parece que esta es una de las
mejores maneras de hacer adictos a la causa; a la causa política y, sobre todo,
a la causa social de la justicia, que es la que más interesa.
Las incomprensiones en las que se
produjeron estos hechos, por parte de propios y extraños, se vuelven, a la
vista de estas reflexiones y de la perspectiva que da el tiempo, en simples
arañazos de resentidos, de incompetentes y de fanáticos. Alguno de ellos solo
tenía veneno y no le quedaba ni capacidad para saber firmar. Cosas que pasan.
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