ANIVERSARIO
PANDÉMICO
¡Cómo negar la fuerza del
recuerdo,
si aún la sangre supura
por la herida!
El tiempo se hizo celda y
se hizo muro,
pues nosotros,
que somos ese tiempo cada
día,
nos sentimos de pronto
detenidos,
guardados en espacios
reducidos,
asustados, confusos, temerosos
por todo lo que afuera
sucedía.
Los esquemas, de pronto,
se rompieron,
reflejaron los miedos y
los ecos
de noticias e imágenes
oscuras.
Todo se sucedió como el
misterio
que se esconde en la
noche y no presagia
que ha de volver la luz
de amanecida.
El libro que dictaba las
costumbres
se deshojó. Los dogmas,
las ideas
se sintieron falibles y a
lo lejos
se empezaron a oír
balbuceando
los sonidos de un nuevo
abecedario.
Aún estamos juntando las
palabras
que puedan dar sentido a
este relato
que cambió para siempre
nuestras vidas.
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