A LA SOMBRA DE LA PUERTA DEL SOL
En
este país llamado España, todos somos un poco ciudadanos de Madrid, “rompeolas
de todas las Españas”; aunque España sea mucho más que solo Madrid.
Las
elecciones autonómicas de la región han dado el resultado que han dado: una
mayoría muy clara de los partidos de derecha, en este caso más derechizados que
de costumbre. Han votado los madrileños y ellos sabrán lo que han depositado en
las urnas. Desde fuera y desde lejos, con todas las cautelas necesarias, lo
mejor que se puede hacer es respetar los resultados y analizarlos para
comprenderlos y pensar en sus consecuencias.
Los
medios de comunicación, tanto por limitaciones de tiempo como por intereses,
nos han transmitido solo ráfagas de las intervenciones de campaña. Con estas
precauciones como freno, uno tiene derecho a echar su cuarto a espadas y a
dejar, aunque sea en forma de guion, alguna de sus sensaciones.
1.-
Si la mayoría de los votos tienen que decidirse en los días de campaña, estamos
ante un electorado sin ideología, con conciencia floja y pendulona. ¿Nadie se
va formando opinión con lo que va sucediendo cada día y al cabo de los meses y
años? ¿Cómo puede depender un voto de cuatro palabras altisonantes pronunciadas
encima de un escenario?
2.-
¿Quién se ha inventado la filfa de que el electorado nunca se equivoca? ¿Si le
da por votar que la tierra es plana, no se equivoca?
3.-
En un sistema democrático, se acatan los resultados de las urnas, por supuesto;
pero esto no significa que los resultados sean la verdad. Si así fuera, todos
los que han perdido deberían ‘convertirse’ a la fe del vencedor y dimitir de
sus cargos e ideas.
4.-
Si para poder gobernar es necesario reunir la mayoría de votos y para ello hay
que ‘conectar’ con el electorado, ¿hasta dónde debe llegar la cesión de
nuestras convicciones en favor de las de esa mayoría que depositará sus votos
en las urnas?
5.-De
manera simplificada, se asegura que las capas más populares y con menos medios
económicos suelen votar a la izquierda. En Vallecas ha ganado la derecha. Habrá
que estudiar ese fenómeno y entender que se concitan muchas más variables para
explicar este fenómeno.
6.-
¿Están negados ya de entrada los candidatos que se presenten como personas
serenas, conciliadoras y de pensamiento (caso Gabilondo), frente a las más
bullangueras, ‘cañeras’ y de eslóganes baratos? Qué pena y qué vergüenza siento
por ello. Vergüenza del electorado, naturalmente, con todas las letras y, si
hace falta, con mayúsculas: VERGÜENZA.
7.-
¿En qué ha quedado aquella promesa casi mesiánica de debacle del bipartidismo?
8.-
¿El ‘fenómeno madrileño’, con la concentración nacional de tantas variables
económicas, sociales y políticas del país es proyectable al resto de las
regiones?
9.-
¿Se acentuarán dos polos opuestos entre Cataluña y Madrid, en todas sus
variables y con todas las consecuencias nefastas para el resto de España?
10.-¿En
alguna puñetera ocasión de darán cuenta los partidos de izquierda de que, si no
orientan claramente el asunto territorial de este país, vamos a seguir gastando
energías inútilmente y atizando enfrentamientos que a nada bueno conducen?
Y
en este plan.
1 comentario:
Simplemente habrá que hacer autocrítica, cosa harto difícil en España.
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