lunes, 6 de septiembre de 2021

EPITAFIOS

 EPITAFIOS

Cuando yo era niño y alguien quería referirse a algún difunto, lo hacía con la expresión añadida que en paz descanse. Así, por ejemplo, tío Tal, que en paz descanse… Más tarde fui aprendiendo latinajos y, entre ellos, los referidos a los difuntos y sus siglas: R.I.P: o las siglas castellanizadas: Q.E.P.D. y D.E.P. Todas ellas traducciones directas del R.I.P. latino (Requiescat in pace, Descanse en paz).

Estas expresiones no son más que un nuevo ejemplo de la cristianización y de la nueva valoración de la muerte en el mundo cristiano. Antes, en el mundo precristiano griego y romano, se utilizaba la expresión Sit tibi terra levis (escrita en los epitafios con caracteres griegos o latinos), o variantes muy próximas.

A poco que prestemos atención, la expresión precristiana nos olerá al deseo de que la tierra, literalmente, no pese demasiado sobre el cuerpo del difunto; y apunta también a cierto deseo de trascendencia lejos de la prisión del sepulcro. La expresión cristiana, sin embargo, parece conformarse con el descanso y la paz en el mismo sepulcro: Descanse en paz. Aquí la separación entre el cuerpo y el alma, el asunto de la resurrección y su espera y mil aristas más.

Pues llegan los tontitos de turno y, por aquello de apartarse de cualquier cosa que huela a la capa más superficial de la religión, o vete a saber por qué extraña razón o sinrazón, publican a los cuatro vientos la expresión precristiana: Sit tibi terra levis (sospecho que en muchas ocasiones sin conocer el significado de la misma), y dejan en el olvido o en el desprecio la cristiana Descanse en paz. Y, así, hacemos un pan como unas tortas: tratando de huir de algo, caemos en el pozo y nos ahogamos en el agua de la que escapábamos. La estulticia siempre ha resultado ruinosa, en términos económicos y en consideraciones mentales. Como si tuviera que ver algo el culo con las témporas.

Sería aconsejable aprender un poco a nadar y no dar manotazos sin ton ni son. Solo después de aprender se puede practicar la natación según las diversas especialidades, antes nos podemos ahogar.

Al difunto, por razones obvias, tal vez le importará poco el uso de una expresión o de la otra, pero el vivo debería al menos mantener el tipo.

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