PRESAGIO
Será
sencillamente que un mal día
desmontará
el cerrojo de la puerta
y se
dará al fin cuenta, sorprendida
por
tanta desnudez, por tanta entrega,
de que
no ha de pedir por su exigencia.
Mientras
tanto, sin nada que me diga
que
merece la pena mi trabajo,
ni
que tienen motivos mis anhelos,
arrimo
a la ventana el mobiliario,
coloco
contrafuertes en las puertas,
recelo
de la luz y duermo el sueño
de
los justos y los desalentados.
Nadie
sabe la hora ni el momento.
Todos
saben que hay algo que recorre
la
noche y la esperanza. Que pregunte
por
esta humilde casa cuando guste.
1 comentario:
Que tarde mucho en preguntarlo.
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