miércoles, 29 de enero de 2014

PARA UN ÁLBUM DE FOTOS


Desde cualquier nivel, encaramos el futuro partiendo de un pasado, que, a su vez, se resume en el presente en el que nos encontramos. Está bien y parece razonable que se haga así, aunque no siempre se corresponden los esfuerzos con los resultados: hay análisis del pasado de tal minucia, que uno no entiende cómo se puede gastar el tiempo en revivir tales nimiedades; y hay, en cambio, otras desidias que solo se explican desde la inconsciencia y desde la imbecilidad del que no quiere atender a lo que ha pasado y únicamente se rige por lo que le va pidiendo el instinto del día a día o del minuto a minuto. Y no creo que sean tan pocos los inconscientes y los imbéciles: ahí está toda una recua de representantes públicos (perdón por utilizar a este colectivo, que siempre parece el blanco injusto de todas las iras) que parece que se juegan el todo y el nada al plazo máximo de un día, cuando no de un momento, como si la vida no tuviera más alcance que lo que vaya saliendo.
Pienso en un nivel intermedio en el que se pudiera reflejar el recorrido vital de una comunidad sin necesidad de ser excesivamente prolijo, pero con la suficiencia de recoger un buen cuadro que pusiera de relieve aquellos hitos que, bien engarzados, nos sirvieran para explicarnos lo fundamental y para dar de lado a lo que ha dejado menos recuerdo para la actualidad. Algo así como un número de estampas de la historia de una comunidad, de retratos y de esbozos, que nos den pie para extraer consecuencias sobre lo que fueron y sobre lo que somos, sobre lo que fueron porque nos explica, y sobre lo que somos porque nos pone al día y nos empuja a describirnos en nuestra auténtica realidad y a actuar para modificarnos.
Cada momento de la historia tiene su esbozo, fundamentalmente porque el recorrido tiene sus límites últimos en cada hito del camino.
A comienzos del siglo veintiuno, pienso en cuáles podrían ser las, por ejemplo, cincuenta estampas de la historia de una comunidad como esta en la que vivo. Se me ocurren algunas a hilo del simple azar, pero solo algunas: una estampa difusa de todo lo geológico anterior a la historia en estas montañas; cualquier asentamiento primitivo; alguna forma de vida prerromana; la ficción de la reconquista con el invento de los hombres de musgo; la repoblación, tan desconocida aún; el fuero de convivencia para los siglos medievales; la convivencia de comunidades religiosas diferentes en estos mismos siglos; la influencia de los clérigos medievales; el trueque y la llegada de la casa de los Zúñiga; cualquier estampa de la vida de esta familia y de la servidumbre esclavizada y a su servicio; cualquier ejemplo de complicidad entre los clérigos y la nobleza; la llegada de los flamencos tejedores a las aguas y a los talleres de estas tierras; una escena de mercado, con concurrencia de gentes de la comarca; la constante desigualdad entre unos grupos y otros: edificaciones, trabajos, cultura…; el ambiente de la industria y su constantes reformas; la concepción familiar de casi cualquier momento y las funciones de cada miembro; el esquema vital, de principios y de creencias en el que se ha movido la población; una escena de escuela en el siglo diecinueve; los efectos de la guerra de la independencia; el septiembre de 1868, y el cambiazo de siervos a hombres libres; la fundación de algún centro cultural y la vida de algún prohombre en Béjar; la situación de alguna de las grandes huelgas textiles; Las emigraciones a América o a Centroeuropa; el paso, el repaso y el vuelvo a pasar de la maldita guerra incivil con toda su descendencia de más de cuarenta años; la decadencia textil de la segunda mitad del siglo veinte; el encogimiento cultural y la presencia de algunos camicaces culturales…

No sé cuántos he apuntado, pero el cuadro está incompleto y se puede mejorar siempre. Lo importante es que da un álbum de fotos en el que poder mirarse y remirarse. Para terminar siendo bejarano, o bejaraui. Que ya se sabe que no es precisamente lo mismo, pero que apunta hacia un futuro o hacia otro bien diferente, y a que, en otros tiempos venideros, ese libro de estampas recoja unas u otras distintas.

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