jueves, 30 de enero de 2014

LA FUENTE SE HA SECADO


LA FUENTE SE HA SECADO
¿Por qué te vi sin agua y sin aliento,
esta mañana fría en que mis pasos
volvieron al abrigo del camino?
¿Dónde saciar mi sed y dar humilde
alimento de paz a mi fatiga?

Has perdido el sendero silencioso
que te traía callada de lo oscuro
hasta dar con tu voz desconcertada
en los destellos tenues de la luz del día.
¿Dónde te has distraído, dónde tienes
la voz de tu conciencia silenciada?
¿No has de volver con ansias a buscarme,
a refrescar mis labios y a contarme
todo lo que te llevas en tu seno
de lo más escondido de la tierra?

¿Ya no añoras los ríos y los mares?
¿Qué han de decir de ti las simples hojas,
o el canto de los pájaros, sin eco
en el sencillo cauce que destilas?
Ni siquiera los tristes vegetales,
desnudos y dolidos por el frío,
podrán oír tu voz para alegrarse
con tu arrullo y tu son agradecidos.

¿Por qué, Fuente del Lobo,
venero cristalino, fiel latido
del corazón del monte,
te has dormido en el seno de la tierra
y no vienes a darme
otro abrazo de agua y de cariño,
a que yo te confíe mis pesares
mientras tu voz me canta y me adormece

hasta dejarme en brazos del olvido?

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