miércoles, 15 de julio de 2015

VIAJAR

                                 
VIAJAR

Viajar por el fulgor de las estrellas
hasta cegarse en luz y descubrirse
en otras dimensiones más brillantes,
adentrarse en los mares y a su arrullo
sumergirse en sus simas más profundas,
conducir hasta el fondo de los bosques
en busca del silencio más sonoro,
atravesar volando cualquier cima
y hacerse compañero de la águilas,
viajar con Julio Verne hasta que el centro
de fuego de la tierra nos abrase…

Sentarse sin horario en cualquier parte
y contemplar con calma
el alma de las calles más estrechas,
saludar a los trenes cuando pasan
hacia ninguna parte o asomarse
para decir adiós desde un balcón.

Perderse en el fragor de los caminos
para sentirse más a ras de tierra,
venir hacia uno mismo, a la aventura
de descubrir aquello que dormía
sin esperar siquiera la mañana,
atreverse a soñar con otras claridades,
aunque vuelva la noche sin remedio,
abrir nuevos caminos desde la biblioteca
y encontrar con sorpresa menos tráfico,
hacer la mejor fiesta con los versos giróvagos
que vagan sin descanso por el mundo…

Viajar, viajar sin tregua, aunque los trenes
no lleguen a la hora y los hoteles
cuelguen cartel al viento de completos.

Pero al final volver para contarlo
y que duela en la herida la memoria
de todo lo vivido.

Todo es viajar sin causa ni destino. 

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