domingo, 12 de julio de 2015

CON JAVIER KRAHE



Ha fallecido Javier Krahe. Qué puedo decir… Todo y nada. Mejor que lo diga él. Cualquier texto sirve, pero elijo este por la carga de profundidad que encierra en una aparente broma social, musical (aires de rumba) y literaria. Me reservo para mí solo seguir oyendo su música, admirando sus letras, celebrando su libertad de mente y agradeciéndole todos los ratos buenos que me ha hecho y que me seguirá haciendo disfrutar.
 (Javier Krahe)  “La Yeti” (Texto incompleto)

Huyendo de Mary Pepa, un buen día me enrolé
por poner tierra por medio, y, ya puestos a poner,
en un grupo de alpinistas que iban para el Everest.
“Paso la vida trepando, escalo la mar de bien”,
le dije al jefe del grupo. “Y tu novia te es infiel”,
respondió con cierta sorna. Pero me aceptó: “Anda, ven”
“Gracias, le dije, buen hombre, buen psicólogo es usted”.

Cuando todo da lo mismo
¿por qué no hacer alpinismo?


Y allá nos fuimos volando aunque yo prefiero el tren,
pero ellos no, y de eso no los pude convencer.
El Himalaya es enorme, ¡qué gran cordillera es!
y ésta su más alta cumbre -lo digo por si queréis
presumir de geografía- el Chomolugma o Everest,
donde el Nepal se acentúa y donde el Tibet también,
o sea, que está a caballo entre el Nepal y el Tibét.

Y con tiempo favorable comenzamos a ascender,
ellos con sus banderitas, yo ya con dolor de pies.
Saltaré los pormenores, pasaremos un primer
escalón hasta alcanzar otra cota, otro nivel.
Camino del campo base unas huellazas se ven.
“Por aquí ha pasado el yeti”, dijo el bueno de Tinseng,
que era un sherpa veterano y que debía de entender.

Aunque el frío era himalayo, de los que arruinan la tez,
estaba la nieve en calma y me apeteció ir a ver
cómo era aquello del yeti, porque tenía su aquél.
“Yo, si no os importa mucho corona el Everest
sin mi ayuda, pues os dejo y ya nos vemos después”.
Nos dimos fuertes abrazos, se fueron y, ahí me tenéis:
solito por esas nieves con un sandwich y un quinqué.

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