LA VERDAD DE LAS COSAS
Tal vez sean solo instantes, simples
ráfagas
los momentos en los que la verdad
se muestra con sus dudas y recelos.
¿Dónde acaba la noche
y empieza la dudosa luz del día?
¿Por qué ese empeño inútil de los ríos
en conducir las aguas a los mares
si han de volver sencillas a las
nubes
para empezar de nuevo un ciclo eterno?
¿Existe la función del calendario
si el tiempo corre irreflexivo y nunca
se para a festejar ningún suceso?
Acaso la verdad y la mentira
tan solo sean dos caras necesarias
para no perecer dentro del sueño.
Las cosas no preguntan, simplemente
suceden.
con esa fuerza ciega con la que pasa
el tiempo,
como lo que ha de ser y es
sencillamente.
Estamos hechos de contradicciones,
de intentonas fallidas, de rumores,
de balas de fogueo,
que quieren disparar y no conciben
cuál es el blanco en que la luz
aguarda.
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