Cualquier interesado conoce los
detalles. Me los ahorro aquí. Un solo mes tan solo después de la frontera en el
exilio. Demasiado para su madre, que soñaba con llegar a Sevilla. Allí, junto
al mar, siguen sus restos. Su poesía y el pensamiento que encierra andan
esparcidos por el mundo, sacudiendo conciencias e invitando a pensar y a poner
la palabra en el tiempo.
No quiero glosar nada, tan solo
recordar, admirar y sentir, reconocer el magisterio de un poeta tal vez -lo he
dicho muchas veces- no demasiado rompedor en la forma -y a mí qué coño me
importa-, pero intenso como casi nadie en la hondura y en los ecos que dejan en
el aire sus versos.
Sevilla, Madrid, Soria, París,
Baeza, Segovia, Velencia, Collioure… Y Leonor, y Guiomar. Y los paisajes siempre
humanizados, y la bondad de un ser “en el buen sentido de la palabra, bueno”, y
el maridaje de persona y poeta; y mil razones más.
Ya digo que no quiero glosar nada
en este formato. Tan solo admirar y sentir el latido hondo de su presencia y de
su poesía.
Gloria a todo lo que representa
el ancho mundo de Antonio Machado y su creación literaria.
Y solo para abrir boca y casi al
azar:
PROVERBIOS Y CANTARES VII
“Dice la razón: Busquemos
la verdad.
Y el corazón: Vanidad.
La verdad ya la tenemos.
La razón: ¡Ay, quién alcanza
la verdad!
El corazón: Vanidad.
La verdad es la esperanza.
Dice la razón: Tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón,
que dices lo que no sientes.
La razón: Jamás podremos
entendernos, corazón.
El corazón: Lo veremos.”
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