ATENCIÓN, PREGUNTA
“Castilla
miserable, ayer dominadora, / envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto
ignora”.
“Todo necio /
confunde valor y precio”.
Ambas son citas,
tomadas casi al azar, del poeta don Antonio Machado. La primera hace referencia
al pasado y a su desconocimiento como causa del presente; la segunda tiene
valor de presente continuo y eterno; abarca, por tanto, cualquier tiempo y
situación.
¿Cómo no pensar
en su aplicación a otros campos de la vida diaria? Así la sabiduría, la
hermosura, el bien, el amor, la convivencia, la creación artística, la amistad,
el deporte, la justicia…
Si el amor y el
deseo provocan la esperanza de conseguir aquello que a uno le falta, habrá que
pensar que el ignorante no desea ninguna de las riquezas enumeradas antes
porque no sabe que le faltan. En esa ausencia, el amor y el deseo no encuentran
otra cosa que el vacío y la nada. O mejor, no encuentran porque no buscan.
¿Para cuándo el
empeño y la curiosidad de conocer para amar todo aquello que aún no poseemos? ¿Qué
otro valor más alto que el de la curiosidad por descubrir lo desconocido,
aquello que nos aguarda para su gozo en el conocimiento? ¿Por qué no aplicar en
todo la disposición positiva y favorable del amor para un mejor conocimiento y
apropiación?
Por eso, el
doble sentido: amar para conocer y conocer para amar. Salir de la ignorancia
para alcanzar algún grado de sabiduría y de amor en el conocimiento.
Nos faltan los
demás porque no los conocemos; y, por ello, no los amamos. Cada uno se falta a
sí mismo porque no se conoce. Y, no conociéndose, no se ama.
En la creación
poética se habla de la poesía como comunicación y como conocimiento. No es más
que aplicación de este binomio del conocimiento y del amor, del amor y del
conocimiento.
Buena pareja de
elementos para una vida más plena y gozosa.
Aplíquese a
conveniencia, en tiempo, lugar e intensidad.
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