(Segundo ejercicio de la lección segunda)
Hoy me cuesta alabar tus serventesios,
tal vez porque te encuentras al inicio
de un deporte que exige, lo confieso,
cierto esfuerzo y da escaso beneficio.
Pero no has de cejar en el empeño
de todo buen alumno al que le pido
escribir con paciencia sus cuadernos
y sumergirse en el placer del ritmo.
Si declaras de tónica la sexta,
mantenla hasta el final y no desvíes
el acento a otra sílaba cualquiera,
y del tachantachán nunca te fíes.
Mídeme bien los versos, te lo ruego.
Para mañana otro mejor soneto.
Estrambote:
Por cierto, ¿qué tal marchan tus varices?
Espero que muy bien pues hace un tiempo
que de su extirpación nada me dices.
1 comentario:
En su conjunto, el test lo he aprobado;
Me planto aquí, no quiero subir nota.
Nunca pensé estar tan avezado
En campo reservado a los idiotas.
¿Idiotas?, no, perdón, ¡he desbarrado!.
¡POETAS!, eso, sí..., que no peotas,
que es lo que la rima habría mandado,
y no encontré palabra más remota.
Si alguno ve intención, y a mí tan necio,
De insultar sin ingenio y tan sin brillo,
Reciba con los versos mi desprecio.
A ti, poeta, amigo, chiquitillo,
Que he debido escribir un serventesio,
Y me ha salido así, con chascarrillo.
Estrambote:
¿Qué tienes que decirme del acento?
Ninguna sexta de él hoy se ha escapado.
Esto merece un.... ¿nueve?. Estoy contento.
Antonio Merino.
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