(Soneto elevado a la quinta, en respuesta a otro elevado a la cuarta)
Ni insidias, ni motivos ni razones
en esto de empujarte a medir versos,
hoy tan solo te animo a que aficiones
tu mente a practicar el serventesio.
¿Has visto que hoy cambiamos devociones
y buscamos de dos en dos los ecos
para que suenen al compás dos voces
cual surcos paralelos en barbecho?
Practica sin piedad la simetría,
hazte de nuevas ante los cuartetos
y di adiós a su voz con gallardía.
Y si acaso entrelazas los tercetos,
como ves que es el caso, te diría
que progresas y ya llamas al éxito.
1 comentario:
De castaño oscuro se pasa ya esto:
Yo le digo que basta; él, que adelante.
Luego escribe y me pide un serventesio:
verso endecasílabo en consonante.
¿No me pudo pedir que hiciera, presto,
una estrofa sencilla en asonante?
Yo me malicio y en voz alta lo testo:
O me anima a que triunfe o a que dé el cante.
Oye bien, caro amigo: ¿no te importa,
-pues que tú vas sobrado de solista,
y mi voz a la tuya poco aporta-,
seguir en solitario y sér realista?
¿Puedes decir, por dios, qué nos reporta
un burro ejerciendo de flautista?
Antonio Merino
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