ANATOMÍA ELEMENTAL
La vida se me abraza en todo el cuerpo
y yo la reconozco entre mis miembros
como en un vis a vis preestablecido.
Los pies que me sostienen y desploman
mi peso contra el suelo a cada instante;
las piernas que me elevan hacia un blanco
y alegre mirador en el que habito;
mis muslos y mi pelvis
los mejores y más fieles testigos
del placer, del dolor, de los vaivenes
de todo lo que es vida y eterna biología;
mi vientre que se abulta con los años
en curva que se entalla y se demora
viendo los otros vientres, y mis pechos
guardando los latidos ya cansados
de un corazón armado hacia el amor
y en tantas ocasiones
cerrado y clausurado por derribo;
mi cuello, que moldea las palabras,
me advierte de su estado de salud
y yo lo tengo en guardia y lo vigilo
porque lo quiero en forma cada día;
mis ojos y mi boca, mis oídos,
la creciente alopecia en la cabeza,
mis brazos siempre abiertos, preparados
para cerrarlos en un abrazo fuerte
que me funda con otros
en un plural extenso y complacido.
Me miro lentamente en el espejo,
examino al detalle los reflejos
que me remite la fotografía,
me pienso y me prolongo, me despliego
en busca de otros cuerpos,
tanteando el contacto, el roce y el abrazo
de lo que certifica mi presencia
en este afán sin causa que es la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario