EL ÚNICO MOMENTO
Era el bosque un concierto de afinados
sonidos y sabores. Y todo era
lo que se congregaba en la
esperanza
de una tarde feliz, definitiva.
Allí el sonido alegre de los
pájaros,
el contacto del aire con los
pinos,
la luz y su disputa con las
sombras
a ras de tierra, el gozo de las
nubes
que llegaban corriendo por el
cielo;
y eran árboles todos los que al
baile
estaban tiernamente convidados,
y los espacios altos, y los
lentos
destellos sonrosados de las
nieves,
y los caminos grises y
escondidos,
y todo lo que el tiempo y el
espacio
quisieron convocar.
También estabas tú y estaba todo
lo que te precedió y te dio la
vida,
y en ello estaba el germen, la
semilla
de lo que habrías de ser en otro
tiempo,
junto a lo que sería lo que ahora
era,
y en esa plenitud sería el
recuerdo,
la armonía y la lucha frente a
frente.
Complácete en la luz, siéntete
plena :
lo que ahora ves es todo lo que existe
y nada falta ya,
lo que cambia de forma, lo que
vive
pendiente de la muerte, lo que
apenas
pervive sin cambiar de aspecto y
porte.
Por eso en esta tarde se consuman
el tiempo y el espacio en este
bosque,
como un conjunto eterno e
infinito.
En él está el presente,
el único momento que congrega
a todos los momentos, y él ocupa
lo que yo puedo amar, y en él hay sitio
para ti y para mí, como una parte
de la amable conciencia de la
naturaleza.
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