ES EL DULCE PODER DE LA MEMORIA
Hoy, de pronto, me siento
sorprendido
por el dulce poder de la memoria.
(Y ya mi edad es grande y dilatada).
Hay una claridad desconocida
que enciende hasta la llama la
materia
y da forma a las formas
imprecisas,
aquilata las sombras que en la
bruma
dormían cual heridas olvidadas.
Revive en los espejos un murmullo
de las voces perdidas en el
tiempo,
la soledad se aparta y en ternura
nace de nuevo un mundo verdadero.
Se afirma otro dolor y con
pujanza
se acentúa otra luz más duradera,
en las ondas dormidas de mi
aliento
despiertan los perfiles de otros
seres
(también tú con tus brazos más
tranquilos
y tu pecho seguro y complaciente).
Y yo soy recibido y hospedado
por los que fueron siempre y
siguen siendo
por encima del tiempo y del
olvido,
me anego con su lluvia, que me
cala
hasta el centro más hondo,
donde guardan rescoldo las
cenizas,
y soy de nuevo vida y llama y
tiempo.
Es la memoria un soplo que me
salva
en el ámbito hermoso del
silencio.
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