Apunto un enésimo ejemplo de lo que
me parece perversión informativa y hasta manipulación.
Hechos: La justicia llama a declarar
a Mariano Rajoy, presidente de Gobierno, en calidad de testigo, creo que por
asuntos de la llamada trama Gürtel.
Distorsión, perversión y hasta
manipulación informativa: Muchos medios de comunicación convierten la noticia,
que es real en los datos, por supuesto, en algo propio de la llegada del fin
del mundo. Lo que más les interesa no es que tenga que comparecer ante la
justicia sino el hecho de que es el representante que es y que tal vez lo tenga
que hacer en persona, de manera que le lloverán fotos y escarnios por todas
partes en el momento en el que tenga que comparecer y subir la escalerilla del
juzgado. Ya sucedió otro tanto con Felipe González..
Recuerdo que, a la vez que esto
sucede, sigue subiendo el pan, nacen niños, hay mucha gente que no puede llegar
a fin de mes, los investigadores siguen rompiéndose los sesos para conseguir
mejoras que afectarán a todos, se mueren viejos y jóvenes, los accidentes en
carretera no decrecen…, y continuamos dándonos cabezadas por no saber ni el
origen ni el destino y sentido de nuestras vidas. Qué más da: lo que tiene
morbo es lo excepcional y solo por la formas, no por el fondo. Con el morbo se
vende y se satisface la vanidad del periodista. Pobre nivel el de los
informadores y el de los informados.
De todo este asunto de Rajoy muy poco
me importa que el presidente tenga que ir a declarar (que vaya y cumpla como
todo hijo de vecino), lo que realmente me interesa, por importante, es todo lo
que hay detrás de lo que pueda o no declarar, o sea, todo el fraude social,
electoral, mediático, tributario y de todo tipo, que reduce todo lo que ha
sucedido en los últimos veinte años a una engañifa electoral colosal, y, por
tanto, legal. En realidad, toda la acción política, legislativa y social tendría
que ser anulada por ilegal y, sobre todo, por inmoral. Este es el verdadero
alcance. ¿Tendrá esto alguna consecuencia electoral contra el PP? Miro para
otro lado y me sonrojo.
En los próximos días todo se nos irá
en criticar si la declaración tiene que ser en sede judicial, de gobierno o de
partido, y hasta si debe ir escoltado y con camisa azul y gorro blanco. Me
juego unos dineros y los gano.
Todo es espectáculo y exageración,
formulismo y apariencia. Acabamos de pasar la semana santa, esa manifestación barroca
en pleno siglo veintiuno, sobre todo en el sur. Empezamos otra representación
que durará todo el año. Y nos seguiremos quedando en la primera capa de la
cebolla, en la primera hoja de la lechuga. La sustancia y el verdadero sabor
están más dentro, allí donde madura el pensamiento y la serenidad nos permite
aducir razones de alcance y duraderas. En este asunto las hay por arrobas.
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