El contexto religioso ha centrifugado
casi todos los respiraderos de esta cultura peninsular en la que vivo. Y mucho
más en concreto en la ciudad estrecha. Por ese tamiz han pasado todas las
costumbres, todos los usos y casi todas las ideas, o la falta de ideas. No
estoy seguro de que sea la religión la única culpable de que esto sea así; más
bien me parece que son los mantenedores y los atizadores de los contextos los
que más a gusto se han sentido con que esto sea así, único, unidireccional.
Porque ya decía Ortega que “en tanto que hay alguien que crea en la idea, la
idea vive”. Y, añado yo: sea esta buena o menos buena. Si solo se deja regar un
tipo de ideas, estas se llevan toda el agua que llega por el cauce y seca el
resto de las plantas.
Mañana es Jueves de Corpus, uno de
esos tres jueves “que relumbran más que el sol”. Las conveniencias modernas lo
han desplazado en muchos sitios al domingo siguiente. Poco importa: las
implicaciones y la sensibilidad siguen siendo las mismas.
En Béjar esta fiesta se ha revestido con
los adornos de los festejos en la semana anterior y con la famosa procesión de
los hombres de musgo. Agradezco el esfuerzo de los que se preocupan de preparar
esta octava festiva, pero miro el calendario y se me caen un poco los palos del
sombrajo:
16
de junio: Fiesta barroca: Escenificación a cargo de los grupos de
teatro Colectivo Teatro Telar y Puntos Suspendidos, del recibimiento que hizo
la Villa de Béjar y su jurisdicción a la óptima Señora Duquesa Dª. María
Alberta de Castro Portugal y Borja nupcial del Sr. Duque D. Manuel, e hija de
los Condes de Lemos en el año 1685. Se recrearán las danzas, poemas, etc. en
los escenarios naturales primitivos, tal y como se realizó en el Siglo XVII.
Incorporando grandes novedades por parte de los actores.
Sábado, 17 de junio: Según el programa, ofrecido por el Ente Público de Bejar,
desde las 12 horas de la mañana hasta pasada la media noche en las murallas
medievales, Béjar vuelve a la época medieval con la Recreación de la Leyenda de
los Hombres de Musgo, mercado de artesanos y concierto de reconciliación,
trabajando su artesanía en vivo y en directo durante todo el día.
Domingo 18: Procesión del Corpus, con la
presencia de los Hombres de musgo.
Que el Corpus es tal vez la mejor
representación religiosa barroca no me ofrece ninguna duda. Que la relación de
la casa ducal con los habitantes de Béjar y todas las tierras del ducado fue la
de unos potentados explotadores con unos vasallos explotados, tampoco. Que
representar adoraciones y festejos de bienvenida a este tipo de personas y
personajes es un acto anacrónico, de connotaciones clasistas y fuera de todo
lugar, por más que esté revestido de elementos teatrales y literarios bien
interpretados, otro tanto de lo mismo. Que sigamos con los hombres de musgo
dando vueltas a una reconquista de la que no sabemos nada de nada, salvo la
imposibilidad de que de esta manera se pudiera “conquistar” una ciudad, ídem de
lienzo. Que nos empeñemos en festejar conquistas y dominios de unos sobre otros
y en separar buenos de malos, ni te cuento. Que todo lo hagamos en una mezcla
de elementos religiosos, legendarios, teatrales y, sobre todo, de interés
comercial (interés nacional para que se nos llenen los bares de turistas y
hagamos el agosto anticipadamente en los negocios) me parece una alquimia casi
insuperable, pero no sé si preparada para pasar el filtro del Jesús del templo
y los mercaderes.
Cada uno tiene la escala de valores que
posee y que ha ido creando. Con ella sabrá responder a todo lo que se sucede a
su alrededor. A mí algunas de estas actuaciones me provocan demasiadas dudas.
Y poco o nada creo que tiene esto que
ver con la hermosísima liturgia barroca, embriagadora para todos los sentidos;
sobre todo al aire libre y en primavera.
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