¿LABRARSE EL POR-VENIR?
Buscar el porvenir es tan inútil
como esperar sin causa ni sentido:
siempre está por venir y nunca llega,
y, cuando asoma, ya está en el pasado
y hay una nueva excusa
para seguir llamándolo de nuevo.
En esas circunstancias, él nos mira,
se sonríe,
alza al aire sus brazos,
dibuja un ademán, como fingiendo
una mueca confusa y distraída,
y sigue su camino indiferente.
Por-venir, de-venir,
incluso con-venir; no sé si pre-venir:
no es remedio eficaz
para ganarle al tiempo sus desprecios.
1 comentario:
Muy ocurrente tu poema.
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