No quiero decir que no corresponda al lugar y al momento, ni que no sea común la
expresión de los mejores deseos para estas fechas y para el futuro más
indeterminado. Todo eso es verdad, y por eso es un tópico. Pero lo que quiero
decir es que este tópico encierra, o debería encerrar, una necesidad que todos
tenemos de que lo nuestro, lo vuestro y lo suyo se produzca con bien. Por eso
las felicitaciones y los deseos, tópicos, pero intensos en su significado y en
su alcance.
Por mi parte, tampoco sé ser especial. Sí confieso que lo que me
parece que se acerca más a la felicidad, al estado de ánimo que causa
satisfacción y bienestar es aquello que se conduce y se domina desde el sentido
común y desde la buena voluntad. Sentido común para comprender que todo posee
aristas y que tanto la causalidad como las consecuencias son siempre múltiples,
y que, por tanto, apostarlo todo a una carta casi siempre nos lleva a lugares y
a situaciones poco deseables. Buena voluntad porque el sentido común nos enseña
que nuestra mente alcanza solo lo que alcanza, que es poquito. Entonces, cuando
la sombra nos alcanza y no tenemos claro el sendero que tenemos que seguir, la
mano amiga de la buena voluntad nos dará calma, calor y tranquilidad de
conciencia. Si nos equivocamos, que sea por exceso de buena voluntad y no por
falta de entrega y comprensión a la opinión y a la voluntad del otro. Coño, que
merece la pena ser buena persona.
Por ahí, por esos senderos estrechos, pero de buena voluntad, me
gustaría transitar durante el año 2019. Y me gustaría encontrarme con todos
vosotros.
Así que valga el tópico, pero con este significado. FELICES FIESTAS.
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