lunes, 6 de abril de 2020

LA URDIMBRE DE LAS COSAS


LA URDIMBRE DE LAS COSAS
Para mi reflexión, y por si alguien las quiere compartir, vuelvo a las píldoras de M. Aurelio en sus Meditaciones. Naturalmente, si copio aquí, es porque me llaman la atención; porque, acaso, tengan algo de utilidad en las circunstancias actuales; y, tal vez, porque, en alguna medida, estoy de acuerdo con el fondo de lo que asoma por ellas.
-Todas y cada una de las cosas llegan a su término de acuerdo con la naturaleza del conjunto. Lib. VI, 9
-Medita con frecuencia en la trabazón de todas las cosas existentes en el mundo y en su mutua relación. Lib. VI, 38
-¡Curiosa actuación! No quieren hablar bien de los hombres de su tiempo y que viven a su lado y, en cambio, tienen en gran estima ser elogiados por las generaciones venideras, a quienes nunca vieron ni verán. Lib. VI, 18
-Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo. Lib. VII, 8
-Dígase o hágase lo que se quiera, mi deber es ser bueno. Lib. VII, 15
-No hay que irritarse con las cosas, pues a ellas nada les importa. Lib. VII, 38.
-Si depende de ti, ¿por qué lo haces? Pero, si depende de otro, ¿a quién censuras? ¿A los átomos o a los dioses? En ambos casos es locura. Lib. 8, 17
-Si te afliges por alguna causa externa, no es ella lo que te importuna, sino el juicio que tú haces de ella. Lib. VIII, 47
Como sucedía en las primeras partes de la obra, la idea básica es la de considerar la barrera entre aquello que depende de mí y todo lo que sucede sin que yo pueda ponerle remedio, ni en sentido positivo ni negativo. No creo que este pensamiento conduzca a la resignación absoluta ni a la inacción, por más que pueda parecerlo. Son muchos los elementos que sí dependen de mi decisión y de mi actuación en la vida cotidiana. También es verdad que muchos otros sucesos son irremediables por mí y no puedo ni debo dejarme dominar ni por el desánimo, ni por el miedo ni por la fatalidad. Unas cuantas dosis de serenidad, de mirada global, de sentido común y de buena voluntad.
Ahí andamos. En todo caso, no me parece mal asunto para ser considerado en estos momentos. Cada uno sabrá qué hacer.
Igual mañana sale algo con sonrisa.
Día 23 de confinamiento. Ánimo.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

El problema de la mirada global de hoy día, es que solo pone en valor y mira lo que el vecino hace. O sea lo que hace la generación que está en auge... Esa mirada global es solo contemporánea, la mirada hacia atrás no tiene valor hoy día, y más nos valdría mirar hacia los clásicos, como estás haciendo tú, y aprender de nuestros antepasados.