domingo, 5 de abril de 2020

SIEMPRE DE PASO


SIEMPRE DE PASO
La muerte no elige ni hace distinciones, sencillamente es el resultado de unas leyes que se cumplen de manera inexorable. Los humanos sí hacemos distinciones, según el grado de relación que nos señalemos con el elegido por la Parca. Nada que objetar: son las leyes y es la condición humana. Ambas cosas son reales y es bueno que se cumplan.
Lo que apunto sucede en todo momento; también en estos días de zozobra y de miseria, de preocupación y hasta de miedo.
Pero sería bueno tenerlo en cuenta, para no causar males a nadie y para que todos se sientan abrazados por todos. Hace muchos años tuve una experiencia emocional desagradable cuando coincidieron la muerte de un ser querido y la de una persona muy famosa. Como es de suponer, todos los focos se fueron hacia el famoso. ¿Todos? Menos los míos y los de algunos más. Noté claramente entonces en mis carnes y en mi mente lo desiguales que somos ante hechos que nos igualan a todos, como es el caso de la muerte.
Entre los que elige el virus, se cuelan también otros seres señalados, sencillamente porque les llegó la hora y se rinden a la vida por cualquier otro motivo.
Tal ha sido el caso de Luis Eduardo Aute, cantautor entre cantautores, guía sentimental de tantas personas y ser renacentista como pocos. Me rindo ante sus aportaciones de todo tipo y ante el mundo afectivo y racional que nos ha propuesto y que nos ha dejado. Yo, con mis cantautores no soy neutral, me conquistan enseguida y me sumergen en un mundo que siempre he querido para mí. Y Aute es uno de los mejores, sin duda. Frente a otros -a los que también admiro mucho- sus palabras y sus músicas creo que se sosiegan más y que hay que paladearlas con un ritmo más lento, porque, aunque utilice imágenes cercanas, siempre apuntan a mundos más duraderos y universales. Es lo que se espera siempre de una mente tan bien amueblada como la suya. Hay en sus canciones toda una bruma de ternura y de inteligencia mezcladas que a mí me emociona.
Por no destacar de nuevo este aspecto más afectuoso, quiero subrayar la carga de razón y de inteligencia que aportan muchas de sus letras. Él confiaba más en sus letras que en sus melodías. Yo también. La letra de la canción que añado da buena cuenta de lo que digo.
Pues eso, amigo, que andamos todos de paso, en los sentimientos y en la razón. También ellos, los más olvidados, los abandonados, los del silencio y la soledad. Abrázanos a todos y abraza a todos los del virus maldito y a sus más allegados; cantad y cantemos juntos esta canción. A ver si extraemos consecuencias y comportamientos más humanos. En lo emocional y en lo racional.
DE PASO
Decir espera es un crimen, / decir mañana es igual que matar. / Ayer de nada nos sirve, / las cicatrices no curan el mal. / Sólo morir permanece / como la más inmutable razón, / vivir es un accidente, /un ejercicio de gozo y dolor.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede tomar asiento, / que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de paso... de paso.
Quien pone reglas al juego / se engaña si dice que es jugador, / lo que le mueve es el miedo / de que se sepa que nunca jugó. / La ciencia es una estrategia, / es una forma de atar la verdad / es algo más que materia / pues el misterio se oculta detrás.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede tomar asiento, /que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de paso... de paso.
Hay demasiados profetas, /profesionales de la libertad, / que hacen del aire bandera, /pretexto inútil para respirar /en una noche infinita / que va meciendo este gran ataúd /donde olvidamos que el día /sólo es un punto, un punto de luz.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede tomar asiento, / que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de paso... de paso... de paso.
Día 22 de confinamiento. Ánimo.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

De paso, de paso y parar noooo? ...Que hay que tomar algo. Anímate Antonio.