SIEMPRE DE PASO
La muerte no elige ni
hace distinciones, sencillamente es el resultado de unas leyes que se cumplen
de manera inexorable. Los humanos sí hacemos distinciones, según el grado de
relación que nos señalemos con el elegido por la Parca. Nada que objetar: son
las leyes y es la condición humana. Ambas cosas son reales y es bueno que se
cumplan.
Lo que apunto sucede en
todo momento; también en estos días de zozobra y de miseria, de preocupación y
hasta de miedo.
Pero sería bueno tenerlo
en cuenta, para no causar males a nadie y para que todos se sientan abrazados
por todos. Hace muchos años tuve una experiencia emocional desagradable cuando
coincidieron la muerte de un ser querido y la de una persona muy famosa. Como
es de suponer, todos los focos se fueron hacia el famoso. ¿Todos? Menos los
míos y los de algunos más. Noté claramente entonces en mis carnes y en mi mente
lo desiguales que somos ante hechos que nos igualan a todos, como es el caso de
la muerte.
Entre los que elige el
virus, se cuelan también otros seres señalados, sencillamente porque les llegó
la hora y se rinden a la vida por cualquier otro motivo.
Tal ha sido el caso de
Luis Eduardo Aute, cantautor entre cantautores, guía sentimental de tantas
personas y ser renacentista como pocos. Me rindo ante sus aportaciones de todo
tipo y ante el mundo afectivo y racional que nos ha propuesto y que nos ha
dejado. Yo, con mis cantautores no soy neutral, me conquistan enseguida y me sumergen
en un mundo que siempre he querido para mí. Y Aute es uno de los mejores, sin
duda. Frente a otros -a los que también admiro mucho- sus palabras y sus
músicas creo que se sosiegan más y que hay que paladearlas con un ritmo más
lento, porque, aunque utilice imágenes cercanas, siempre apuntan a mundos más
duraderos y universales. Es lo que se espera siempre de una mente tan bien
amueblada como la suya. Hay en sus canciones toda una bruma de ternura y de
inteligencia mezcladas que a mí me emociona.
Por no destacar de nuevo
este aspecto más afectuoso, quiero subrayar la carga de razón y de inteligencia
que aportan muchas de sus letras. Él confiaba más en sus letras que en sus
melodías. Yo también. La letra de la canción que
añado da buena cuenta de lo que digo.
Pues eso,
amigo, que andamos todos de paso, en los sentimientos y en la razón. También ellos,
los más olvidados, los abandonados, los del silencio y la soledad. Abrázanos a
todos y abraza a todos los del virus maldito y a sus más allegados; cantad y
cantemos juntos esta canción. A ver si extraemos consecuencias y
comportamientos más humanos. En lo emocional y en lo racional.
DE PASO
Decir espera es un crimen, / decir mañana es
igual que matar. / Ayer de nada nos sirve, / las cicatrices no curan el mal. /
Sólo morir permanece / como la más inmutable razón, / vivir es un accidente, /un
ejercicio de gozo y dolor.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede
tomar asiento, / que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de
paso... de paso.
Quien pone reglas al juego / se engaña si
dice que es jugador, / lo que le mueve es el miedo / de que se sepa que nunca
jugó. / La ciencia es una estrategia, / es una forma de atar la verdad / es
algo más que materia / pues el misterio se oculta detrás.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede
tomar asiento, /que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de
paso... de paso.
Hay demasiados profetas, /profesionales de la
libertad, / que hacen del aire bandera, /pretexto inútil para respirar /en una
noche infinita / que va meciendo este gran ataúd /donde olvidamos que el día /sólo
es un punto, un punto de luz.
Que no, que no... / que el pensamiento no puede
tomar asiento, / que el pensamiento es estar siempre de paso, / de paso, de
paso... de paso... de paso.
Día 22 de confinamiento. Ánimo.
Día 22 de confinamiento. Ánimo.
1 comentario:
De paso, de paso y parar noooo? ...Que hay que tomar algo. Anímate Antonio.
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