Quise creer y supe que creía
cuando vi razonable tu existencia
y la revelación de tu figura.
Analicé el origen, contenido,
el sentido final que te explicaba,
la interna plenitud de tu armonía,
la conexión fecunda y armoniosa
de todos tus misterios, la belleza
de la verdad que alumbras cada día.
He visto y he mirado con cautela,
después me he olvidado en tus indicios,
que manaban la miel, la luz y el gozo,
he llenado mi cuerpo densamente
y he bebido con ansias hasta hartarme
de experiencia en ti misma y en mí mismo.
Sin atender a más necesidades
he entendido las razones del mundo,
el hermoso valor de lo inmediato,
lo libre de los rayos de la tarde
si comparto contigo sus tibiezas
o anoto la grandeza de mirarme
en los labios que esconden tus deseos.
A veces hasta pienso
que es preciso luchar por ese mundo
que han mirado tus ojos y ha sentido
el paso y el calor de tu hermosura.
Pongo mi fe en ti misma,
declaro mi razón más razonable
y me pierdo en ti misma y en mí mismo.
1 comentario:
Es precioso esto que leo, tiene mucha fuerza...¿estas pensando en editar?...lo merece.
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