No me resisto a la tentación de dejar una nota acerca del 15-M, movimiento que cumple aniversario y que parece que sigue queriendo mostrar a la comunidad que la cosa pública y la privada no solo no han mejorado sino que claramente han empeorado en los últimos doce meses.
Me siguen pareciendo estas manifestaciones muestra inevitable del enfado de mucha gente que no puede entender por qué, si los medios naturales de subsistencia se producen en la misma o en mayor cantidad que hace algunos años, ahora se vive peor. Supongo que mirarán, de manera genérica -como yo miro- a esos parámetros y deducirán que falla, hoy más que nunca, la distribución justa de esas producciones.
En Béjar se han vuelto a juntar unos cuantos animosos supongo que para algo similar. Asistí el sábado a la reunión convocada en la Corredera y me volví con un saco de desilusión. Me gusta el punto de frescura que imponen los elementos más próximos a los movimientos ácratas pero, cuando se sobrepasan ciertos límites, termina siendo peor el remedio que la enfermedad. Después de más de una hora de reunión, nada se había comentado con alguna trabazón y todo se había ido en prolegómenos formales acerca de si el método de la reunión era galgo o era podenco. Por el espacio y por el tiempo pasaron voces variopintas -y algunas demasiado variopintas- que solo consiguieron disgregar la atención y dejar todo peor que al principio. Tengo que confesar que propuse como actividad releer las conclusiones que todo el movimiento había recogido con el fin de escucharlas y de imaginar -y después reflexionar si había tiempo para ello- si habían existido cambios y en qué sentido. Ningún éxito pues la metodología se llevó todo el tiempo y el esfuerzo. Hasta un grupo de chicas, antiguas alumnas mías, que había acudido a la reunión se aburrió y desistió cuando aquello era evidente que no les aportaba nada positivo.
Muy poco más ayer domingo salvo unas propuestas que, desde lo que entiendo, exceden absolutamente la capacidad y la responsabilidad de los allí reunidos. Un ejemplo. La Escuela Universitaria de Béjar corre peligro en su continuidad en alguna especialidad. ¿Qué pueden hacer veinte personas que no representan a nadie y que en buena parte desconocen los datos reales de la situación en alumnos, profesorado, necesidades sociales…?
Hoy sencillamente ya no me he sentido con ganas de acudir. Mañana tampoco iré.
Me sigue pareciendo que el fondo es verdadero y necesario. Quiero conceder cualquier oportunidad a la espontaneidad y a la participación igualitaria. No me interesan las intervenciones sin sentido y desorientadas en fondo y en forma, procedentes no pocas veces de espontáneos y ocurrentes. Sigo viendo defectos notabilísimos en los partidos políticos pero me siguen pareciendo de las representaciones menos malas que tenemos los ciudadanos.
Ojalá el 15-M y su espíritu permanezcan. Ojalá lo hagan con mejores métodos e intervenciones que los de la ciudad de Béjar.
Uno de los esquemas más sencillos y sustanciosos para el comentario de textos tiene solo dos apartados: análisis del fondo y análisis de la forma. Pues eso.
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