Yo sé que toda tú me perteneces
si te intuyo y me quedo en el intento,
pues si me atrevo hasta el conocimiento
se anulan tus potencias muchas veces.
Aspiro a conseguir que no me dejes
la duda en la razón, el desconcierto:
nada es peor que el arrepentimiento
si te someto a leyes de mi mente.
Déjame que te sueñe como quiero,
no como quiere el tiempo ni el espacio,
que te quitan la esencia y mi contento.
Así te creo yo, desde el contacto
de mi contemplación más absoluta
de todo lo que es cierto en tu hermosura.
No le des atributos, hazla nada,
que así es la rosa en su mejor mañana.
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