miércoles, 20 de febrero de 2013

HOY QUIERO PRESUMIR: BUSCO TRABAJO


Durante los dos últimos años he asistido en el Buen Pastor a la comparecencia de muchas personas que se acercaban a dejar su currículo, por si acaso quedaba algún resquicio y encontraban allí un hueco con el que llenar su deseo de trabajo y de sueldo con el que seguir vivos. Es fácil adivinar que, prácticamente siempre, sin ningún éxito. Allí he visto lágrimas y peticiones de todo tipo, como corresponde a la situación en la que estamos metidos y al sistema social que no revisamos y que, mucho menos, estamos dispuestos a cambiar. En el pecado llevamos la penitencia.
Todo el mundo ha aprendido a completar un currículo con sus apartados de identificación, de preparación académica, experiencia y otros datos diversos. Como si oyen llover: eso no da trabajo.
Con alguna frecuencia reviso los currículos, sobre todo académicos, de algunas personas de las que me interesa alguna cosa. En la red está casi todo.
En todos los casos me llama la atención lo cuidados que están y lo engordados y de buen año que se presentan siempre. En ellos se apunta cualquier mínima experiencia, cualquier charla, todos los cursillos y cursos, las asistencias a cualquier lugar..., todo, todo. Así salen páginas y páginas en un desfile interminable.
Entiendo que cada cual haga lo que estime más oportuno, pero reivindico la presencia en los currículos de otras cualidades y elementos que me parecen mucho más valiosos y que nadie apunta.
Como he dejado mi voluntariado en el Buen Pastor y “estoy en paro”, echo mi vista atrás y lo primero que advierto es que no tengo un currículo bien elaborado, de modo que no sé si podré buscar otro empleo, y menos encontrarlo.
El pudor me impide confesar la edad pero aún puedo moverme sin dificultades y soy persona válida: no es poco. Por lo demás, los datos están en esa ventana universal que es la red social.
No tengo apuntadas mis intervenciones públicas y esto achica mi expediente mucho. Qué pena. Pero, por si alguien me quiere creer, no son pocas. Lo siento, tenía que haberlas apuntado, con día, hora, tema y asistentes.
Sí tengo por las paredes unos papeles de esos que firma el rey en forma de títulos universitarios: Licenciado en Filología Románica; Licenciado en Filología Hispánica; Graduado Social; Cursos de Doctorado en la Universidad de Salamanca…, y muchos, mucho cursos de esos de menos duración.
Por si el trabajo tuviera que ver con la enseñanza, recuerdo mi experiencia dando clases en Cursos Internacionales de la Universidad de Salamanca; Clases de lengua y literatura en mi cátedra del instituto Ramón Olleros de Béjar; un curso, ya lejano, en el colegio Nuestra Señora del Castañar de Béjar; Cursos en la Universidad de la Experiencia; varios cursos de profesor en la UNED. No está mal, pero me interesaría que se conociera la calidad de las clases, el grado de satisfacción de los alumnos, el desarrollo de los temas, la incidencia posterior en esos mismos alumnos… ¿Cuánto cuenta eso y cómo se puntúa? Es que nunca lo veo apuntado en los currículos. ¿Y vale lo mismo dar clase durante treinta años en el mismo organismo que un año en veinte organismos diferentes? ¿Cómo se valora eso en los expedientes?
Como se suele hablar de otras aficiones y experiencias, apuntaré algunas de las mías. ¿Cuánto valen mis cortas experiencias en el monte, siguiéndole la pista al cisco y al carbón y durmiendo en el chozo al amparo de la luna? ¿Y los miles de horas de clases particulares con las que ganarse unas perras para seguir en la brecha? Recuerdo mi  participación en aquel grupo de amigos y de música que se llamó Oro Viejo; en la creación del Grupo Cultural San Gil; mis pasos por el Casino Obrero en dos juntas, una como presidente; no se me olvidan los años en los que acudí al ayuntamiento en representación de la izquierda de esta estrecha ciudad, ni tampoco los dos últimos años en el Buen Pastor, entre otras cosas.
Me quedaron algunas fuerzas para escribir varios libros y estudios, y para expresar mis pensamientos en centenares de artículos de prensa. Desde hace doce años vengo escribiendo casi cada día algún esquema de idea y de ellos dejo constancia en mi blog personal. Son varios miles de páginas de las que espero que se salven unas cuantas al menos. Si alguno quiere contratarme, que las lea, por si acaso. Me sigue apasionando la lectura y escribo cada día, la naturaleza me atrae cada vez un poco más y en ella encuentro paz y acomodo como en casi ningún otro lugar; me puedo pasar horas y horas con solo la lectura y la música de fondo, y en lo alto de mi escala sigue ondeando la idea que me guía: SOLO QUIERO QUERER Y QUE ME QUIERAN.
Y ahora tendría que describir esa larga fila de aportaciones en charlas o conferencias, o en otras asociaciones, pero no guardo referencia de ellas. Qué le vamos a hacer.
En realidad, a mí me gustaría que se contratara -también a mí- fijándose en otros elementos que tampoco veo en los currículos, tales como la bondad o maldad de la persona, su forma de pensar, las aspiraciones que tiene, el carácter que lo sostiene, las habilidades sociales, su idea de la justicia y de la vida…, en fin ese último fondo en el que vacía cada día y cada hora su formación y sus capacidades.
Ahora veo que no he confeccionado un currículo con los apartados oficiales y que me he ido del guion establecido. Sospecho que lo voy a tener difícil para encontrar ese trabajo que busco. Tal vez volveré la mirada a mí mismo y buscaré ocupación en mis propias manos y en mi cabeza. A ver si pillo al menos un contrato a tiempo parcial.

3 comentarios:

Juan Vicente Rubio dijo...

Amigo Antonio: No te preocupes por encontrar trabajo. Tienes tantas cosas que hacer que no te va a quedar tiempo para trabajar.
Como hombre letrado sabes que, desde la antigüedad, siempre se ha considerado que el ocio es la condición primera de toda existencia civilizada.Muchos grandes pensamientos han sido fruto del ocio. Si tienes que trabajar, tienes poco tiempo para pensar.
Tienes que escribir todavía muchos poemas y necesitas ser libre.
Un abrazo.
Juan Vicente Rubio, desde Murcia.

Antonio dijo...

Un abrazo. amigo, desde los fríos de estas tierras serranas, también tuyas, que espero visites de nuevo pronto.
Ya sabes que eso de "buscar trabajo" es solo un pretexto para dejar al descubierto otras ideas. Jubilación es júbilo, y en ello andamos.
Antonio

Anónimo dijo...

AMIGO ANTONIO PUES YO ME SIENTO TU AMIGA Y COMPANERA DE DOS JUNTAS IMPORTANTES EN BEJAR COMO EL CASINO OBRERO Y LA RESI ME GUSTA QUE BUSQUES CURRO NO ESTA FACIL PERO LO ENCONTRARAS CADA DIA CUANDO TE DIGAN ABUELO PAPA MARIDO HERMANO AMIGO TE PARECE POCO CURRO !!!!!!!querer lor!!!!!!!!!!