CURVA SESENTA Y CUATRO
El
tiempo me conmina a que me pare
a
contemplar lo hermoso del camino
-¡que
son sesenta y cuatro ya las curvas!-
con
mirada pausada. Pasa el río
arrastrando
las muestras más diversas,
los
restos que son hijos, son palabras,
son
hijos de mis hijos, son familia,
son
causas sin sentido, y con sentido,
son
búsqueda sin pausa de certezas
que
siempre son esquivas pero incitan
a
perseguir su causa sin descanso.
Miro
de frente al tiempo, cara a cara,
y
le rindo homenaje por prestarme
esas
pequeñas cosas que me afirman
en
esta voluntad innegociable
de
perseguir la vida cuando al alba
descubro
que el futuro es cada día,
que
necesito estar y hacerme cargo
de
todo lo que existe y me conforma;
porque
vivo y existo y formo parte
de
mis vivos, mis muertos, mis congéneres.
Sesenta
y cuatro guiños en el tiempo,
en
la conciencia gris del universo.
El
río se hará mar cuando sea el caso
y
el mar convocará a todas las aguas
que
quedaron atrás o que partieron
y
aguardan ver sus brazos en mis brazos.
1 comentario:
Felicidades??????
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