CUATRO DESEOS
Que la vida se ocupe de nosotros
mientras les damos forma a
nuestros gozos,
mientras vamos haciendo que
vivimos
sin conocer la causa ni el propósito.
Que el fuego nos consuma y que
nos haga
efímera memoria de nosotros
mismos,
que su llama se inflame y vaya al
aire
para feliz certeza de la
consumación.
Que la luz nos anegue y que nos deje
ciegos para las noches y las sombras,
y que solo sea el mar y el
horizonte
el desnudo final de toda vista.
Que la muerte no alumbre mis
deseos
ni yo sepa los nombres del
silencio.
Que la voz de la muerte no persiga
mi vasta posesión ni mi condena.
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