EN ESTA HORA FELIZ
La tarde se adormece lentamente.
El delicado y limpio sonido de la
música
alza su claridad en el silencio.
No hay fantasmas que impidan la
llegada
de esa ilusión que en el jardín
se orea
salvándose del reino del olvido.
Se asoma a la ventana tu mirada
y el agua se hace luz entre en
los pinos.
Los espacios del aire
conocen el sabor de tu perfume.
No tengo que buscarte por el río
pues sé que tus palabras
son álamos de música en su
orilla.
La soledad eterna de la piedra
ahora es menos redonda y menos
fría.
En esta hora feliz en que la
tarde
se sueña y se ha hecho amor en
nuestros brazos,
hagamos una hoguera de palabras
que incendien el paisaje hasta
que el fuego
devore la pasión que nos habita.
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