EL DÍA D Y LA HORA H (8
de marzo)
Siempre hubo un día D y una hora H.
Es esencial saber si ese día D
viene con vocación de calendario
o se pierde en el soplo de un mal aire.
También se recomienda seriamente
precisar si la hora H es de tormenta
y hace rolar el viento en huracanes
que derriban de un golpe los palacios.
Si no, todo es posible: de repente,
vuelve a rolar el viento y se apacigua
todo lo que fue fuego y tempestad,
las aguas se remansan y se adentran
en el reino tedioso del olvido.
Y otra vez a empezar y a la comparsa
de un juego que se juega a cada instante.
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