VERDAD POÉTICA
La sola concesión de la palabra
celebra la invención de nuevas realidades.
¿No estaba ayer el pino erguido y verde?
¿Acaso el cielo filtra un sol distinto?
Hay en el panorama nuevas dimensiones
y la tórtola arrulla con más fuerza.
Ahora hay luz derramada en otros ojos
y el camino se interna más adentro.
El agua es un consuelo humedecido
que se filtra en la tierra con más calma.
¿Dónde está la verdad?, ¿cuál es su causa?
¿Es causa verdadera la del día pasado,
cuajada desde un dios con gesto tosco,
o es esta nueva luz que se hace grito
en medio de las sombras? No supiera
mirar con otros ojos ni tampoco
rompiera con mis ojos la membrana
de toda realidad solo larvada
en manos del poeta que se arroja
por el desfiladero de la vida
y pierde su mirada en brazos del abismo,
donde aguarda paciente otra verdad más alta.
Allí su voz sedienta, su condena,
su ley crepuscular
trepando en el perfil de las palabras,
su olvido y su distancia de toda cosa viva
crearán distinta luz, verdad más clara,
enfermo de la luz
y limpio de la noche y de las sombras.
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