jueves, 6 de abril de 2017

LAS ESCUELAS QUE CAMBIAN EL MUNDO


De nuevo el azar -o el semiazar, porque, en cuanto lo vi, me lo quedé- me ha puesto en contacto con el segundo libro del educador aragonés César Bona, titulado “Las escuelas que cambian el mundo”. En él se recogen, con una redacción muy ajustada y correcta, siete experiencias en otros tantos centros educativos que han decidido poner pie en pared e intentar otras posibilidades educativas menos pegadas a los currículos y a las normas ministeriales. Toda una mágica aventura.
Enseguida, las puertas de mis recuerdos se han abierto de par en par, en busca de mis experiencias personales, en la recreación de algunos episodios que en algo se me parecían, y de nuevo en el desconsuelo de reconocer que mi atrevimiento fue mucho más pequeño de lo que tenía que haber sido. El tronco general de la educación se me abrió en ramas multiformes y diversas, cargadas de contextos, de intereses, de comodidades, de vocaciones, de miradas cortas, de voluntades largas, de incomprensiones, de agentes que no hacían mucho, de proyectos existentes o inexistentes, de… Un mundo entero, el de la educación, el de la pasión por algo en lo que sigo creyendo como fórmula más barata y más productiva para cambiar la sociedad hacia algo menos malo, menos egoísta y menos individualista. Me pido  a mí mismo y a los demás perdón por todo lo que pude hacer y no hice. Y eso que no me veía como el peor de la cuadrilla.
Recojo algunas frases que me presta César Bona, o alguno de sus confidentes; me llaman la atención, parece que me vuelven al aula y me sirven para seguir rumiando pasto del mundo emocionante y mágico de la educación:
“.- A veces decimos que hay que hay que motivar a los alumnos, pero, de hecho, ya tienen sus propias motivaciones.
-          -Eso de educarlos para la vida del futuro o para el mañana… Porque, ¿cuándo es el mañana? Siempre es hoy, y los alumnos deben tener herramientas para ese hoy.
-          -Hay que invitar a los alumnos a participar y a tomar decisiones. Si a un alumno le dices: “Pon tú las reglas, porque este sitio te pertenece, quien primero respetará  el lugar y las normas establecidas será el alumno”.
-          -Hacerse preguntas sobre todo lo que nos rodea es la mejor manera de aprender.
-          -Aprendemos juntos. Empezamos conociéndonos en las asambleas, y el conversar y dialogar es otra estrategia de aprendizaje.
-         -El instituto debería ser un ensayo de todas esas situaciones que se dan en la realidad, y en esa realidad hay emociones, hay valores, hay ética, hay moral… Y, si no dedicamos tiempo a conseguir esto mismo, difícilmente podremos mejorar la sociedad.
-          -(Educarse) es tomar conciencia de que lo que aprendemos por fin sirve para algo desde un punto de vista de la sociedad.
-         - Cuando encontremos un trabajo (dice un alumno), necesitaremos mucho más que conocimientos. Supongo que saber relacionarnos con los demás, saber trabajar en equipo, saber actuar en la sociedad.
-          -Es importante que todo el mundo tenga las mismas posibilidades, que todo el mundo, independientemente de su nivel social o de su capacidad intelectual, pueda alcanzar su máximo potencial.
-        -  De nada sirve prepararlos para que sean trabajadores o directivos en grandes empresas si después no son capaces de hacer un mundo mejor.
-         - Lo que llamamos “fracaso escolar” ocurre porque hemos definido un camino tan pequeño que el que no cabe se sale: Pero, si ese camino fuese más grande, muchos chicos podrían seguir en él.
-          -El objetivo de la escuela debe ser que los niños sean felices. Para acercarlos a la felicidad hay que ayudarlos a plantearse cuestiones y darles respuestas para que puedan entender el mundo.
-          -Evalúame a partir de lo que he mejorado; no lo hagas por cuánto corro porque no tengo más resistencia de la que ves.
-         - Aquí tenemos menos deberes y menos exámenes, pero nos hacen pensar más.
-          -¿En qué momento perdimos el contacto con la naturaleza, tan esencial para nuestra educación? ¿Cuántas cosas hemos dejado en el camino cuando decidimos convertir las escuelas  en lugares asépticos, fríos y desnaturalizados?
-          -   -Juan, ¿crees que con tantos papeles, tantas leyes…?
   -Perdona, pero no veo ningún papel; te estoy viendo a ti.


El comentario de cada frase sería muy largo. A falta de interlocutores, lo dejo para el rincón de pensar.

1 comentario:

Unknown dijo...

También leí ese precioso libro de Cesar Bona. Realmente da para pensar y actuar, para crear o transformar la educación en nuestro entorno.