martes, 12 de septiembre de 2017

METAMORFOSIS (XIX): CADMO

CADMO

Cuando el padre de Europa es informado
del rapto de su hija
por el ardid de Júpiter,
a Cadmo, hermano de ella, se le ordena
buscar por todas partes;
si no consigue el éxito, el exilio
será su recompensa desdichada.

Deja Cadmo su patria y, suplicante,
implora ante el oráculo de Apolo:
“Sigue el camino lento de la vaca
y, en la hierba que sirva de descanso
 a sus blancas quijadas,
fundarás la ciudad que solicitas”.

No lejos de la cueva de Castalia
se le aparece el bóvido, que al cielo
levanta la testuz y de repente
se desploma en la hierba.

Muy cerca del lugar, un alto bosque,
jamás talado por segur alguna,
se alzaba; y en el medio,
una cueva con sierpe
de tres filas de lenguas y de dientes.
Con sus potentes fauces y venenos
priva de luz a todos los fenicios
que acompañan a Cadmo.
Cadmo busca con pena a sus amigos
y se adentra en el bosque.
Allí ve cuerpos muertos
y sangre provocada por la sierpe
entre sus compañeros:
“O seré vengador de vuestra muerte,
o tendré el mismo fin de vuestras vidas”.

Allí se vio una lucha formidable
entre Cadmo y la sierpe:
piedras enormes, jabalinas, dardos,
lanzados contra el cuerpo del ofidio,
se enfrentan con escamas,
sacudidas violentas en todas direcciones,
espumas blanquecinas
que enturbian el ambiente con ponzoña.
El leño de una encina
sirvió de negra espada
a la cerviz herida de la sierpe,
el tronco de aquel árbol
gimió al ser azotado por la cola:
tal era su dolor y su tamaño.

El terror le ha durado
A Cadmo largo tiempo
pensando en la serpiente que ha vencido,
pero Palas, su diosa protectora,
se presenta y le ordena
“poner bajo la tierra removida
los dientes viperinos”.

Esparce Cadmo en tierra los colmillos
y emergen con asombro, como ejércitos,
las puntas de las lanzas, las cabezas,
los hombros y los pechos
de una cosecha de hombres
de nombre los Espartos o “Sembrados”.

Con ellos alza Cadmo
las murallas de Tebas
y funda la ciudad.
Añade descendencia en parentesco
con la hija de Venus, Harmonía.

Lo que traerá el futuro sólo es ciencia

del libro de los dioses.

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