Apenas he seguido la campaña electoral interna de las
gentes del PP. Andaba entretenido en otros asuntos y era algo que me importaba
aparentemente poco. Al fin sucede como casi siempre, que los navajazos lucen y
el poder aprieta. Sucede en todos los partidos, y, en los que cifran todo en la
consecución del mismo, mucho más, pues todo vale para conseguir el fin.
Pero la campaña terminó y las elecciones se realizaron.
Por primera vez de manera formalmente democrática, aunque solo a medias. Ganó
Pablo Casado, diputado joven pero ya curtido en los asuntos públicos. Que le
vaya bien.
A mí, si me interesa, es porque el PP es uno de los
grandes partidos y con él hay que contar en la acción política. O sea, que lo
que haga repercute en toda España. Y los resultados no apuntan del todo bien.
Entiendo que la juventud puede acelerar un empuje hacia cambios, pero nadie me
asegura que sean hacia mejor. Porque la juventud solo es seguridad de
inexperiencia y duda de eficacia y de acierto. Vivimos en occidente un período
en el que todo parece orientado hacia los jóvenes, pues, pasada cierta edad, el
encaje en la comunidad se hace cada vez más difícil. No es lo que nos enseña la
Historia, pero a ver quién le pone ese cascabel al gato.
Por lo demás, dicen que ha ganado el más escorado a la
derecha y el heredero más directo de Aznar. Esto me hace echarme a temblar. Tengo
la impresión de que, como sucedió en el PSOE de las últimas elecciones, se ha
votado con cierto revanchismo. Y este método es pan para hoy y hambre para
mañana. A mí me ha extrañado mucho que todos los demás candidatos se hayan
unido más contra Soraya que a favor de ellos mismos.
Creo que ayer mismo recogía la opinión de un opinante,
que hago mía. Cuando se le decía que Pablo Casado era heredero y seguidor de
Aznar, respondía: ¿Aznar? ¿Qué Aznar? ¿El que cambió la
ley del suelo nada más llegar para que se pudiera construir en cualquier sitio
y poner en marcha la mayor operación de especulación inmobiliaria (y de
corrupción) de la historia del universo, que arruinó la vida de centenares de
miles de españoles y casi arruina este país? ¿El que puso en marcha las
autopistas de radiales innecesarias que hoy nos van a costar 4500 millones de
euros, gracias a que se hicieron poco después (claro está, por casualidad) para
que terrenos que no servían ni para mirar al cielo se expropiasen como
urbanizables con indemnizaciones multimillonarias? ¿El que dilapidó gran parte
del ahorro público malvendiendo las participaciones del Estado en las mejores
empresas del país? ¿El comisionista de Gadafi y de tantas comisiones más, que
jamás conoceremos, gracias al tráfico de influencias? ¿El que intentó vender
por 62 millones de euros Caja Madrid, a su silenciado presidente, cuando no
valían más de 2? ¿El que invitó a los cabecillas de la Gürtel a la boda de su
hija? ¿El de la foto de las Azores? ¿El de las piernas encima de la mesa con
acento mejicano? ¿El de las mentiras del 11 M? ¿El que ....?
Cuántas “hazañas” más se le podían añadir.
No conviene acusar a un hijo de nada de lo que sea
responsable su padre. Pero si la reivindicación del antecesor es pública… Por
si fuera poco, la acción en el Gobierno suele suavizar bastante las posturas;
pero este empieza en la oposición y querrá enseñar las garras frente a los
adversarios para así tener más contenta a su manada. No pinta demasiado bien.
En fin, no es mi partido, no es mi ideología, aunque seguro
que estaré en algo de acuerdo; porque descalificar de manera absoluta es la
misma imbecilidad que aplaudir con las orejas aunque te estén dando tortazos. Y
hay mucho de eso. Le deseo suerte y que se tome las cosas con calma, que
exponga, que dialogue y que pacte. Nos irá mejor a todos.
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