LOS
JUEVES DEL FUERO (III)
Restauración
y edición del Fuero (Paloma Castresana)
En
las entrañas del Fuero (Mauricio Herrero)
Volvimos
ayer tarde a la sala del Foro, a conocer sus tripas y a saber de sus leyes.
Unos cuantos irredentos nos sentamos con las ganas intactas de saber más cosas,
de darle vueltas al libro que reguló la vida de tantos antepasados.
Como
en los días anteriores, la sesión fue doble. Mauricio Herrero se ocupó de
glosar la distribución legal que hace el Fuero y de señalar la importancia que
cada apartado atesora; y Paloma Castresana dio todos los detalles de lo que la
restauración del Fuero había exigido, explicando minuciosamente todo el proceso
a través de imágenes fundamentalmente. De manera que así dejábamos al Fuero de
Béjar más precisamente datado; lo hemos conocido en sus rasgos paleográficos y
en sus usos lexicográficos; hemos revivido con él los contextos históricos,
geográficos y políticos que lo concibieron y lo impulsaron; hemos reconocido la
sociedad que lo recibió y que lo soportó en el siglo trece y siguientes; y, por
fin ayer, dimos cuenta del mundo legal que encierra y el proceso lento y
costoso de restauración, hasta dejarlo como niño con zapatos nuevos y preparado
para aguantar durante otro buen número de siglos al servicio de todos.
Mauricio
Herrero se detuvo en comentar los aspectos legales más importantes que se
incluyen en el Fuero, después de destacar, con palabras hermosas y simbólicas,
la importancia del mismo como patrimonio bibliográfico invisible que guarda, en
silencio, la voz lejana y susurrante de los siglos pasados.
Desde
los aspectos legales, el profesor Herrero hizo notar la diferencia entre el
Fuero de Béjar y el Fuero Real, que pronto vino a corregir algunas normas
acentuando el poder de la corona.
Existen
dos elementos clave para entender el contenido jurídico del Fuero y para, en
último término, entender su propia existencia. Se trata de la suma, por una
parte, de la situación de frontera en la que estaban las tierras
de Béjar y las normas que esta situación exigía, y, por otra, de la aplicación del
derecho común. El Fuero viene a
sumar la realidad de ambos mundos y no se explica sin ellos.
Con estas dos realidades subyacentes, Mauricio Herrero
se detuvo en el recuento de aquellos preceptos que hacen referencia a los
aspectos fundamentales. Así, repasó los privilegios que se redactan en el Fuero
para el asentamiento en espacios y poblaciones (sin límites detallados por ser
tierra de frontera), los que se ofrecían al concejo y a las personas para su
asentamiento y construcciones. Y siempre anotando de qué manera se vinculaban
las penas y su gradación al cumplimiento de estas leyes. Repasó, asimismo, las
rúbricas que hacen referencia a los derechos y obligaciones de los distintos
tipos de pobladores (caballeros, villanos, mujeres), a los órganos
administrativos (jueces alcaldes, almotacenes…), a los cargos dependientes no
del concejo sino del rey (merinos regidores…), a los defensores de concejo o de
frontera, a los preceptos que regulan el derecho privado (familia,
patrimonio…), al germen del derecho penal en las penas que aparecen en el Fuero
(homicidios, daños, agresiones, insultos, retos, sodomía, violaciones, mesura
de barbas…), para terminar describiendo la fórmula de juicio, los viernes, ante
los jueces, con acusaciones, pruebas (testigos y documentos) y sentencias.
La descripción de Paloma Castresana, minuciosa y
técnica, de todo el proceso de restauración puso de relieve la dificultad, la
diversidad de elementos y la cantidad de pasos que intervienen en un
procedimiento como este. Para el aficionado a la restauración, la glosa del
proceso seguro que supone una gran satisfacción; para los menos allegados, lo
más importante es entender que el esfuerzo deja el documento listo y remozado
para otro periodo largo de tiempo en el que lo importante seguirá siendo no el
continente sino el contenido. Por otra parte, las copias y fotografías que del
Fuero se han hecho pueden sustituir perfectamente en el uso al original para
así asegurar mejor su conservación.
Para los que ya nos habíamos acercado al Fuero en la
lectura, estas jornadas (aún queda una sesión de aproximación musical a la
época) nos sirven para un conocimiento mejor de su contenido; para refrescar y
confirmar ideas; para comparar el pasado con el presente; para poner en valor
documentos; para imaginar la vida en otras épocas; para compadecer (cum +
patere) a nuestros antepasados; para dar luz a las claves de la aparición y
configuración de Béjar como urbe y territorio de frontera, con todas las
implicaciones que comporta; para entender que esta ciudad posee un documento de
importantísimo valor filológico; para confirmar de nuevo el escaso interés que
despierta este asunto entre los ciudadanos de esta ciudad estrecha, y para
otros detalles que deben quedar en el tintero y en el rincón de pensar.
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