EL ECO DE MI NOMBRE
Recorro
la ciudad de las palabras
y
encuentro calles con sus nombres puestos.
Evoco
la raíz y las razones
que
llevaron al púlpito esas voces.
Tal
vez ninguna evoca
toda
la claridad que hay detrás de ellas.
¿Por
qué no está mi nombre en esas calles?
Ninguno
de esos nombres es mi nombre,
y
yo dejar quisiera
rumores
que, en el fuego de otros labios,
repitieran
el eco de mi nombre.
Siquiera
algún rumor, cuando la lluvia
humedezca
los hábitos del tacto
y
el viento se haga roce y acaricie
con
sílabas y sones de mi nombre.
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